EL NEGOCIO Y LA ESTAFA DE VIVIR EN LA BARCELONA TURÍSTICA

Mientras vaya de verbena, esquivando petardos-bomba lanzados desde terrazas y balcones, alguien aprovechará la ocasión festiva para ocupar su piso y cambiar la cerradura. Al volver, ya no podrá entrar en su propia casa. No intente forzar la cerradura nueva del inquilino desconocido, porque es ilegal.

Otro caso: usted alquila un piso a un timador, y éste lo realquila a turistas a través de internet. ¿Qué puede hacer para acabar con esa estafa? Alquile para usted mismo esa vivienda que el estafador anuncia en internet, y viva como realquilado en su propia casa. Aunque esto también es ilegal, ya que el inquilino estafador tiene un contrato de alquiler firmado por usted y puede echarle de la vivienda, escaleras abajo.

También hay la solución peligrosa de contratar matones y organizar estrategias de batalla, como la de Troya, ¿recuerda?, con Ulises, la bella Helena y el caballo de madera, pero esto ya nos llevaría al mundo de la delincuencia. Y los negocios de Barcelona serán turísticos, pero no delicuescentes, digo, delincuentes, ¿no es cierto?, concluye la vidente del barrio, sonriendo con malicia y cruzando los dedos.