Señoras
y señores, se acabó la diversión: comienza el año con más
atentados, con más muertes, dice el politólogo del barrio.
El
día de Nochevieja, en las autopistas, vi toda clase de locuras, y en
las calles de las ciudades el mundo parecía volverse loco, comenta
la hija de la bibliotecaria.
El mundo no se volverá loco porque ya lo está, dice la cuñada del dentista.
El mundo no se volverá loco porque ya lo está, dice la cuñada del dentista.
Si
no fuera por las leyes represoras, seríamos otra vez caníbales,
añade la fiscal del barrio.
No
sean aguafiestas, que todo ha sido muy divertido, apunta la hermana
del informático. Será que tienen resaca, añade.
Ya, ya..., el hartazgo de Nochebuena, la diversión caótica de Nochevieja (turistas y nativos orinando por las esquinas de Barcelona, y cosas peores), y ahora nos queda la última farsa de estos días navideños: los Reyes Magos, una antigua y bonita ilusión que el mercado ha convertido en otro día vulgar, en otro día más del Gran Consumo, se queja el poeta romántico del barrio.
Ya, ya..., el hartazgo de Nochebuena, la diversión caótica de Nochevieja (turistas y nativos orinando por las esquinas de Barcelona, y cosas peores), y ahora nos queda la última farsa de estos días navideños: los Reyes Magos, una antigua y bonita ilusión que el mercado ha convertido en otro día vulgar, en otro día más del Gran Consumo, se queja el poeta romántico del barrio.
Por
un lado, los gobiernos democráticos conservadores, neoliberales, nos
controlan mediante la vida caótica: trabajo malo, paro, trabajo
peor, loterías, televisión, drogas, alcohol, móviles y diversión
desenfrenada. Por otro, las dictaduras controlan matando de
aburrimiento a los ciudadanos. No hay término medio: unos y otros
nos controlan y nos destruyen, indica la vidente del barrio.
Es
lo que decía mi abuelo: “Todo sube y nada baja, excepto los
salarios y las pensiones de los esclavos”, apunta la nieta del
anarquista.
“Quizá
tienen razón los días laborables”, escribía el poeta Gil de
Biedma, cita la librera del barrio.
“El
mundo está dirigido por un consorcio de hijos de papá, de guanteb blanco, y de delincuentes natos, con guantes sucios”, leí en un
graffiti, comenta el humorista del barrio.
Yo creí en los Reyes Magos hasta muy tarde, demasiado tarde, recuerda la sobrina de la peluquera.
"Todos los caballos están cansados", tararea la nieta del anarquista.
Y todos los cristales, rotos, añade la vidente.
Yo creí en los Reyes Magos hasta muy tarde, demasiado tarde, recuerda la sobrina de la peluquera.
"Todos los caballos están cansados", tararea la nieta del anarquista.
Y todos los cristales, rotos, añade la vidente.
¡Levanten
el ánimo, no sean tan negativos, brindemos por unos días laborables
más justos y soportables!, sugiere la dueña del bar.
Menos
mal que no ha dicho más felices, nos hubiéramos reído todos...,
dice el humorista.
Pues habrá que hacer sitio para una pizca de optimismo, por ejemplo, aún no han cerrado los blogs libres como PensiónUlises, así que no todo está perdido. Quizás esta año será menos siniestro de lo que tememos. Cruzo los dedos.
ResponderEliminarCoco Rodriguez Margalef
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