¿Han
leído lo que sucedió el otro día en Barcelona?, pregunta la
hermana del informático. Ocurrió en un bar de la calle Sant Pau
(antes calle San Pablo), finalizada la Cabalgata de los Reyes Magos,
informa el periódico “La Vanguardia”: “El bar estaba a punto
de cerrar, la discusión, absurda, subió de tono cuando empezaron a
pelearse por el fútbol y acabaron defendiendo uno la independencia
de Catalunya y el otro la unidad de España. Uno de ellos sacó una
navaja e invitó al otro a seguir la trifulca en la calle”. El
dueño del bar intentó interponerse y evitar que el hombre que no
iba armado saliera a la calle. Pero las buenas intenciones del
pakistaní le costaron un violento empujón que lo derribó al suelo.
Ya en la calle, el agresor dio una primera puñalada. Cuando la
víctima yacía en el suelo, asestó una segunda que resultó
mortal." http://www.lavanguardia.com/…/barcel…/20170107/413153439435/
¡Ven,
ven, ya lo decía yo: la Generalitat haciendo proselitismo entre los
vagabundos, mendigos e indigentes por el referéndum y la
independencia, y luego se matan!, exclama la cuñada del dentista.
Seguro
que el borracho catalanista le ha dado un navajazo al español, dice
un cliente desconocido.
Además,
quieren internacionalizarlo poniendo a un pakistaní de por medio,
añade la fiscal del barrio.
Señora,
el pakistaní es el dueño del bar, dice la nieta del anarquista.
Qué
raro, eso es lo que dicen, ¿no será un mediador político
internacional ubicado estratégicamente en el Raval?, esponde la
cuñada del dentista.
¿Que
ha fumado algo hoy?, pregunta la sobrina de la peluquera.
¡A
mí nadie me llama fumadora!, advierte la cuñada.
¡Alucinante!,
salta la hija de la bibliotecaria.
Ver
para creer, indica el poeta romántico.
“Carta
a la vidente”, del poeta Rimbaud, apunta la librera del barrio.
Pues
yo no he recibido esta carta, advierte la vidente del barrio.
Iluminaciones
de poetas, no haga caso, replica el politólogo.
¡España-Catalunya
en el Raval (antes Barriochino)!, ¿cuándo juegan?, pregunta el
humorista.
¡Que
no sea en mi local!, exclama la dueña del bar.
Fotografía: M. Sagan, Graffiti con Rimbaud
Yo creo que hay más de uno que busca sangre.
ResponderEliminarSalud
Cornadó