RAÍCES PROFUNDAS, RAÍCES PODRIDAS

¿Que no hemos leído un poco a Freud y lo que ocurre en el Vaticano y en otras instituciones para asombrarnos tanto de lo que está pasando?, comenta el politólogo del barrio.

El problema no son los "maristas", sino la represión y el abuso, sean maristas, escolapios, jesuitas, vaticanistas, neo-platónicos, centristas, derechistas, neo-stalinistas o luteranos y calvinistas, que de todo hay en la viña seca del señor, opina un vecino nuevo del barrio, que de niño fue acosado por los pederastas en los cines de barrio y en la calle, explica. 

El problema es el abuso de poder de los fuertes sobre los débiles, el abuso de poder, la represión, el acoso que se ejerce por todas partes, dice la nieta del anarquista.

Las raíces podridas de esta sociedad todo lo corrompen, apunta la hermana del informático.

El mundo del futuro: cómicos y titiriteros en la cárcel, mientra campean por la ciudad los violadores que violan dentro de un orden, añade el humorista.

Como algunos novios corruptores que ha tenido mi madre, que le sacaban la pasta a cambio de piropos y exhibiciones anatómico-líricas, cuenta la hija de la bibliotecaria entre risas.

¡No sigan por ahí, que se van extraviar!, avisa la cuñada del dentista.

¡Una palabra más contra el desorden establecido, digo, contra el orden, y les empapelo de pies a cabeza!, advierte la fiscal del barrio, que no es fiscal, sino aficionada a fiscalizar, aclara la dueña del bar, por si acaso.

Historia de la locura en la época clásica, un libro muy recomendable para conocernos mejor, recomienda la librera del barrio.
¿Y el teatro nacional del futuro gobierno, con el director en funciones, sin apuntador ni acomodador?, pregunta la hermana del informático.
¡Una de gambas y un tintorro, marchando!, exclama la dueña del bar.