Antes, ni hace tres días, decíamos que aquí, en esta región, autonomía o como se llame, había unas 100 familias principales catalanas que determinaban la historia y la vida de los pobres ciudadanos, comenta la cuñada del dentista.
100 y el gato, y para de contar, añade la fiscal del barrio.
100 y el gato, y para de contar, añade la fiscal del barrio.
Pues ya no son 100, querida, sino 500, según el último discurso o arenga de Pablo Iglesias (el actual, no el otro, el clásico), ironiza la cuñada del dentista. 500, que dirigen y determinan incluso la hora de ir al lavabo de los catalanes, llevándose además cada una de esas familias el papel higiénico de los bares y restaurantes, añade la cuñada del dentista guiñando un ojo a la dueña del bar.
Ya estaré atenta y ojo avizor cuando vengan por aquí, dice la dueña, sumándose a la ironía.
Vamos, sigamos sumando, que es gerundio, salta el humorista.
Yo no he contado ni 100 ni 500, sino 1.400.000 unidades catalanas, más todos los otros que no pudieron venir o que iban en metro, con las estaciones bloqueadas, y no llegaron a tiempo de sumarse, explica el periodista del barrio, nuevo cliente del bar.
Todo es suma, todo es resta, todo es contar, como en la poesía en verso o en la sardana, comenta el poeta romántico.
Todo es multiplicar operaciones y acusaciones falsas, como en las campañas electorales, dice la sobrina de la peluquera.
Como los novios de mi madre, que le crecen y se multiplican como hongos o setas a su alrededor, por delante y por detrás, bromea la hija de la bibliotecaria haciendo un gesto obsceno.
Niña, no seas pecaminosa, que vendrá la de León o el de Badalona a escarmentarte, y ya verás lo que es bueno, la broma se ha acabado, advierte la cuñada del dentista.
¡Querrá decir que vendrá el romano de Badalona con su "divide y vencerás", porque la broma comienza ahora!, exclama la nieta del anarquista.
¡Claro, ahora lo entiendo, como el bailoteo de Iceta, recuperando el ritmo y los pasos perdido, y de lo perdido saca lo que puedas!, interviene la hija de la bibliotecaria.
O los boleros de la orquesta Iglesias amenizando la fiesta mayor, para que no decaiga, añade el humorista del barrio.
¡Claro, ahora lo entiendo, como el bailoteo de Iceta, recuperando el ritmo y los pasos perdido, y de lo perdido saca lo que puedas!, interviene la hija de la bibliotecaria.
O los boleros de la orquesta Iglesias amenizando la fiesta mayor, para que no decaiga, añade el humorista del barrio.
¿2 dividido por 1, aún resulta 2? Si tenemos 2 como resultado, dividamos o no, ¿de qué sirve dividir a la gente con este problema?, pregunta la hermana del informático.
Pues mejor restar: 2 - 1 = 1, como hacemos en la librería al aplicar el descuento del día de Sant Jordi, dice la librera del barrio.
Atención, seamos aritméticos, hagamos preguntas pitagóricas, como este chica a quien no tenía el gusto de conocer, hola, qué tal, pero no seamos de la secta del perro o cínicos, explica el pitagórico del barrio, otro nuevo cliente del bar, que dice haber descubierto una fórmula matemática. A saber: si yo, 1 persona, quiero dividir a 2, será para quedarme con una (1) de las dos (2). Luego, en lógica consecuencia, el dividendo 2 será dividido por el divisor 1, esto es, 2 : 1 = 2. O sea, 1 (yo, el divisor) + 1 (el otro, pero contenido ahora en el 2 que es el cociente y resultado de la división)= 2, que multiplicado por 1, el divisor, nos dará 2, que restaremos del dividendo 2, ya debilitado por la acción divisoria del 1, y nos dará O. De lo cual deduciremos que, en esta división, hemos conseguido ser 2 para jorobar al 1 restante, abstracto, pero cuya potencia aún se oculta en el interior del dividendo, es decir, en el 2 anterior, ahora dividido, separado por mí, el divisor, y que convertimos o convertiremos en O. En resumen: 2 dividido por 1, igual a 2, cociente que multiplicado por 1(el divisor) nos dará 2, para restarlo del 2 anterior (el dividendo) y reducirlo a O.
En resumidas cuentas y hablando en plata, indica y reformula el politólogo: 2 números importantes de un partido político, divididos por 1 (el divisor) de otro partido, reducirá a O el dividendo del primer partido mediante el cociente 2 del segundo partido.
Así es, si lo aplicáramos a la operación política, confirma el pitagórico del barrio.
¿Por eso hay separadores y separatistas?, pregunta burlándose la sobrina de la peluquera.
Querida amiga, yo no hablo nunca de parejas ni de separaciones matrimoniales, aclara el pitagórico.
En resumidas cuentas y hablando en plata, indica y reformula el politólogo: 2 números importantes de un partido político, divididos por 1 (el divisor) de otro partido, reducirá a O el dividendo del primer partido mediante el cociente 2 del segundo partido.
Así es, si lo aplicáramos a la operación política, confirma el pitagórico del barrio.
¿Por eso hay separadores y separatistas?, pregunta burlándose la sobrina de la peluquera.
Querida amiga, yo no hablo nunca de parejas ni de separaciones matrimoniales, aclara el pitagórico.
¡Señorita peluquera, obscenidades, aquí no!, mejor siga peinando a sus clientas si no quiere que le caiga el pelo, advierte la fiscal del barrio.
Estupendo, rapada al cero, la nueva tendencia a lo Varoufakis o Romeva, replica la peluquera.
¡Caray, vaya galimatías esta nueva manera de dividir, esto es más rocambolesco que el 3, el 5 o el 10 % de todos los partidos políticos que tocan poder y rompen huevos en el gallinero!, comenta el humorista el barrio.
Como en el billar americano, con las bolas numeradas, ¡carambola y suma números!, como decía mi abuelo, que era un buen jugador de billar, dice la nieta del anarquista.
¡Números primos, eso es lo que somos todos, unos números primos!, exclama el pitagórico del barrio, y se va con la fórmula a otra parte, incomprendido.
¡Póngame dos cañas, divididas por una, que serán dos, que restaremos del dividendo dos y dará cero a pagar!, sugiere el humorista.
¡A otro con este dos, que aquí no se fía!, contesta la dueña del bar.
¡Números primos, eso es lo que somos todos, unos números primos!, exclama el pitagórico del barrio, y se va con la fórmula a otra parte, incomprendido.
¡Póngame dos cañas, divididas por una, que serán dos, que restaremos del dividendo dos y dará cero a pagar!, sugiere el humorista.
¡A otro con este dos, que aquí no se fía!, contesta la dueña del bar.
A Remedios Medina Gómez, Dori Garcia Delgado Garcia Delgado, M Cinta Montagut Sancho y 3 personas más les gusta esto.
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Angels Pal (.....): ! Morir .... Quedar dormidos ... Dormir ... tal vez soñar! -Ay ! Allí hay algo que detiene al mejor. Cuando del mundo no percibimos ni un rumor, ! Que sueños vendrán en ese sueño de la muerte ! Eso es, eso es lo que hace el infortunio planta de larga vida ....
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Otro lector: Y Jacint Verdaguer, Àngels!
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Angels Pal: També .
Ver traducción
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Angels Pal: Billete de 500, pesetas . 1971 Jacint Verdaguer .
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Sumar, restar, multiplicar, dividir, ésta es la cuestión.
ResponderEliminarNi pobre ni rico, sino todo lo contrario.
ResponderEliminarEnrique Jardiel Poncela: "El amor sólo dura 2.000 metros", lo que durará el espejismo sobiranista, como mucho.
ResponderEliminarNo coger el rábano por las hojas. No mezclar churras con merinas. El camí serà llarg.
ResponderEliminarNo pedir peras al olmo, ni al peral de Rajoy
ResponderEliminarOn no n'hi ha no en raja.
ResponderEliminarN'hi ha per llogar-hi cadires.
ResponderEliminarEstas contabilidades marean.La cosa es que aquí se puede aplicar aquel proverbio matemático que afirma que siempre muy pocos se burlan se los muchos. Quizás algún día habrá que cambiar ese bucle en el que estamos encerrados.
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