NEOPLATÓNICOS
I
Despierto
domingo
y busco
enseguida poesía en la web
Si
despertara sábado sería diferente
el
sábado es cine
El
domingo es poesía
si
estuviéramos juntas
y fuera
domingo
leeríamos
poesía en la web
Y quizás
haríamos el amor
como si
fueran la misma cosa
aunque
tú dudas de que sean la misma cosa
Y luego
vendrían los ruidos de la calle
Y los
domingueros
y yo
querría seguir en los versos
quizás
en la cama
porque
soy neoplatónica
que no
quiere decir que no haga el amor
como tú
crees que no lo hacen los neoplatónicos
sino que
hay una idea del domingo
de la
poesía de hacer el amor
una idea
superior
una idea
de la cual somos
malas
réplicas
Por eso
hoy podría no ser domingo
los
versos malos
y vos no
estás.
Platón
tampoco.
II
PREGUNTA
¿Por
qué Platón imaginó que las ideas ideales
estaban
en la cueva o caverna –según la traducción-?
y yo qué
sé. Posiblemente cinco siglos antes de Cristo
la
palabra caverna y la palabra cueva
no
tenían ese significado peyorativo
que le
atribuyes.
Quizás la caverna estaba en el cielo
Quizás la caverna estaba en el cielo
como yo
me la imagino
igualmente
remoto e inaccesible
lejano y
sublime
En todo
caso alguna vez
leyendo
poesía haciendo el amor
escuchando
música he llegado a vislumbrar
la
claridad de la caverna
su
armonía su superioridad
pero fue
solo unos instantes
breves
como un suspiro
Y todo
lo que no era caverna
pareció
muy inferior
incluso
tú y yo
Incluso
domingo a la mañana.
¿Qué es la caverna? ¿Y tú me lo preguntas?
La caverna fuimos tú y yo
¿Qué es la caverna? ¿Y tú me lo preguntas?
La caverna fuimos tú y yo
alguna
vez
yo otras
veces
siempre
fue la música
algunos
versos
Y el
deseo permanente de habitarla.
III
El
domingo a la mañana es
también
tiempo de preguntas.
No, no
fui neoplatónica
a partir
de leer a Platón
a quien
ni siquiera he leído bien.
Lo fui
desde que nací como se nace
rubia o
morena
sólo
que me faltó el tinte
para
cambiarlo
O las
pocas veces que me sentí
sombra
de las ideas de la caverna
llegué
al éxtasis
y no era
el alcohol ni tu cuerpo
ni una
droga cualquiera
sino el
vislumbre de la eternidad.
IV
No soy
neoplatónica.
Nunca pude pasar del amor a la belleza
de un
cuerpo
al amor
a su espíritu.
Me quedé siempre en el pubis
Me quedé siempre en el pubis
en los
lunares en los cabellos
en los
senos
es decir
en la fachada.
No sé
si por fallo de los espíritus
o por
fallo de mi mirada.
CRISTINA PERI ROSSI
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