BOLETÍN
OFICIAL DEL ESTADO
Núm.
268 Miércoles 5 de noviembre de 2014 Sec. I. Pág. 90404
DISPOSICIONES
GENERALES
JEFATURA
DEL ESTADO
11404
Ley 21/2014, de 4 de noviembre, por la que se modifica el texto
refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, aprobado por Real
Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, y la Ley 1/2000, de 7 de
enero, de Enjuiciamiento Civil.
FELIPE
VI
REY
DE ESPAÑA
A
todos los que la presente vieren y entendieren.
Sabed:
Que las Cortes Generales han aprobado y Yo vengo en sancionar la
siguiente
ley:
(...)
Seis.
Se introduce un nuevo artículo 37 bis, con la siguiente redacción:
«Artículo
37 bis. Obras huérfanas.
- Se considerará obra huérfana a la obra cuyos titulares de derechos no están identificados o, de estarlo, no están localizados a pesar de haberse efectuado una previa búsqueda diligente de los mismos.
(…)
Se
rumorea que en una asamblea de vecinos, al concluir la lectura de
la Ley que citamos más arriba, decidieron no leer ni citar, por
miedo, fragmentos de libros, periódicos y revistas, ni fotografías
ni dibujos, incluso temían recordar y balbucear títulos de novelas.
Desde entonces la gente del barrio sólo cita a los vivos y a los
muertos de Las
mil y una noches, y
de los cuentos antiguos de hadas, brujas y caballerías, tienen citas con
el Quijote y el conde de Montecristo en el Club Pickwick, viajan
con Jean Valjean en el Nautilus las 20000
leguas de viaje submarino,
escalan Cumbres
borrascosas
y bajan de la Montaña
mágica,
siempre peligrosa si permaneces demasiado tiempo en el balneario (uno de los vecinos, caso curioso, sólo cita Cumbres Borrascosas desde que bajó de la Montaña, hace 15 años).
También, a semejanza de los novios de antes, se citan y leen a escondidas poemas y otras obras huérfanas, de autores muertos o vivos aún, pero de origen y familia desconocidos, sin testamento ni derechos de autoría que alegar.
También, a semejanza de los novios de antes, se citan y leen a escondidas poemas y otras obras huérfanas, de autores muertos o vivos aún, pero de origen y familia desconocidos, sin testamento ni derechos de autoría que alegar.
Otros rumorean que el
texto de la Ley, sin duda riguroso y bien equilibrado, era demasiado
largo y difícil de entender, y los vecinos se curaron en salud y
buscaron la compañía de las llamadas obras huérfanas, como los poemas.
Pero esa gente de barrio ignoraba que tampoco los poemas son obras huérfanas, a no ser que el poeta haya muerto hace más de 70 años, o bien que éste, el poeta, sea un perfecto inútil, desgraciado y desconocido en grado sumo. O dicho de otro modo, más poético: a no ser que el poeta haya muerto en vida, viviendo y muriendo cada día porque no muere de una vez, sepultado por los poemas sin que nadie lo advierta.
Pero esa gente de barrio ignoraba que tampoco los poemas son obras huérfanas, a no ser que el poeta haya muerto hace más de 70 años, o bien que éste, el poeta, sea un perfecto inútil, desgraciado y desconocido en grado sumo. O dicho de otro modo, más poético: a no ser que el poeta haya muerto en vida, viviendo y muriendo cada día porque no muere de una vez, sepultado por los poemas sin que nadie lo advierta.
Cuenta la leyenda y dice el vulgo que los poetas
son frágiles, delicados, ¡pero si viven más que los novelistas, incluso más que los agentes y críticos literarios!, afirman algunas esposas separadas y sus vecinos. Lo cual, de ser cierta tal longevidad, sería un gran escándalo público y transgresión de la otra Ley, la ley
natural del más apto y digno de ser seleccionado.
Cierto, dice otro vecino, escandalizado, ¡esto ya no es lo que era!, antes por lo menos los poetas desfallecían y se morían pronto, y dejaban de incordiar a vecinas y vecinos con sus cantos, poemas y otras zalamerías y monsergas, ya me entienden, añade, guiñando un ojo.
Cierto, dice otro vecino, escandalizado, ¡esto ya no es lo que era!, antes por lo menos los poetas desfallecían y se morían pronto, y dejaban de incordiar a vecinas y vecinos con sus cantos, poemas y otras zalamerías y monsergas, ya me entienden, añade, guiñando un ojo.
Cuidado con las sátiras, que son peligrosas.
ResponderEliminarSé de buena tinta que la secta de los poetas no acosa a nadie. Otra cosas es hablar de manías y tejemanejes, que de todo hay en la viña del Señor. Lo sé de buena tinta.
ResponderEliminar¿Quiénes son tus paternales poetas, querida, que no han podido aguantar la unidad del poema y te han dejado sola?
ResponderEliminarLo que Ud. necesita, señor antólogo, es un buen golpe de antología en los..., los sonetos. Ya ve que soy educada.
ResponderEliminarMenos chanza, más seriedad, que no está el horno para bollos.
ResponderEliminarPero, ¿no decía Rajoy que ya tenemos más bollos y un futuro de empanadas y roscones?
ResponderEliminarPor si acaso, ya me comí la torta de San Antón, y ande yo caliente y ríase la gente.
ResponderEliminarAquí nadie piensa en nadie: cada uno a su bola y arrima el ascua a su sardina.
ResponderEliminarExacto, como los políticos profesionales y los que estudian para serlo. No todo el mundo vale.
ResponderEliminarQuien vale, vale, no todos sabemos prevaricar, ya lo dijo Santo Tomás. Perdón, creo que fue otro santo de mi devoción, que ahora no recuerdo.
ResponderEliminar¿No sería por casualidad un santo de la FAES, la COPE, u otra benemérita religión?
ResponderEliminarNO te vayas tan lejos, que en Sant Jaume tienes otros santos...
ResponderEliminar-Metafísico estáis.
ResponderEliminar-Es que no como.