lunes, 15 de diciembre de 2014

POESÍA, NUECES, SETAS Y LA CAÍDA DE LOS GIGANTES

Giulio Romano, Caída de los gigantes

Polémica virtual en el bar del barrio.

El poeta Francesc Cornadó entra en el bar y nos plantea el siguiente dilema poético: "Entro por esta puerta de los gigantes y me pregunto si la poesía será un engaño tolerado o una mentira piadosa."
El poeta romántico del barrio, un tanto desengañado, responde: Creo que la poesía embellece la verdad y la mentira de la realidad y de los sueños. Con lo cual estamos como antes, ¿es la poesía algo más que un afeite de la realidad? En todo caso, sería un afeite que conmueve, cuando el poema tiene una buena peluquería.
Que yo sepa, en nuestra peluquería no hay poetas ni poemas, responde la sobrina de la peluquera.
Niña, era una metáfora, un símbolo, aclara el poeta romántico. 
Dice la nieta del anarquista: La poesía sirve para decir el amor o el desamor, la soledad, la fatiga, el encantamiento, la vida, la muerte.

La poesía no sirve de nada, opina la cuñada del dentista. Mucho canto a la naturaleza y pocas nueces. 
Una cosa son las nueces reales, el fruto del nogal -comenta el poeta romántico-, y otra cosa muy distinta la sensación que unas nueces puede producir en el ánimo del poeta y provocar el poema. 
¿Lo dice en serio?, pregunta la dueña del bar. No sabía que unas nueces podían inspirar un poema.
¡Y tanto, señora!, exclama la librera del barrio. Hay un libro del poeta catalán Gabriel Ferrater que se titula "Da nuces pueris" (en latín, "Dad nueces a los niños", o algo parecido).
¿No será que la poesía ha muerto, como el arte y tantas otras cosas, y los poetas no se han enterado con tantos talleres de escritura y creciendo como setas en el campo, mientras la gente lee otras cosas o no lee nada?, pregunta la nieta del anarquista.
Hay setas que tienen peligro, setas venenosa, ya saben, ¿habrá también poemas envenenados?, pregunta la sobrina de la peluquera.
¡Pues, claro, querida, más de uno le ha llegado a mi madre!, contesta la hija de la bibliotecaria.
Ah, y en algunos bosques de Catalunya hacen pagar entrada a los buscadores de poemas, digo, de setas, ¡3 euros,  nada menos!, comenta la dueña del bar. 
¿Serán setas soberanistas?, pregunta la cuñada del dentista.
Ya está usted con su política centralista de setas, contesta la sobrina de la peluquera.
¡Dedíqueme una seta, digo, un poema!, exclama el humorista del barrio para provocar al poeta romántico, el cual, sin embargo, no se inmuta, hace oídos sordos y pide otra cerveza.


Libros editados por el librero-editor, traductor y crítico Juan B. Bergua, fundador de Ediciones Ibéricas (1927) y creador de numerosas colecciones de bolsillo

7 comentarios:

  1. partidario del buen decir15 de diciembre de 2014, 9:33

    ¿A qué viene tanta burla poética? ¿Tal vez el administrador de la Pensión, ese falso "suplente del cronista" o como se llame, se cree que va de viaje al Parnaso, como Cervantes? Más seriedad, señores, que estamos hablando de poesía. ¡Si Horacio levantara la cabeza!

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  2. hijo de poetas divorciados15 de diciembre de 2014, 9:44

    ¿Cuál es la diferencia entre una seta y un poema? Si atendemos a la forma, ambos pueden poseer gran y variada belleza. Sería, pues, el atributo musical y rítmico lo que diferenciaría a los dos entes.
    En cuanto al aspecto familiar, y siempre según mi experiencia, hay setas que son incomestibles, como mi santo padre, y hay setas a las que les falta un hervor, como a mi madre. Pero no por ello dejan de ser poetas y producir una cantidad inmensa, incontrolable, de setas poetizadas.

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  3. padre desengañado de hija poeta15 de diciembre de 2014, 9:47

    Cría cuervos y... Cría poetas, y te sacarán los ojos.

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  4. la nieta de la modista15 de diciembre de 2014, 9:49

    Cuánta exageración hay en el mundo!, ya lo decía mi abuela, que era modista y cantaba mientras cosía.

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  5. el alquimista de las estadísticas15 de diciembre de 2014, 9:56

    Según las estadísticas, hay más poemas que setas sobre la tierra. motivado seguramente por la naturaleza caduca, efímera, de la seta, que dura menos que el papel. Con la irrupción devastadora de la contaminación climática y de Internet sobre la civilización de la imprenta, habrá que valorar de otro modo las estadísticas, pero aún no sabemos cómo hacerlo.

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  6. ¡Callate la boca!,
    que me muero de la risa
    y no tengo poema que me asista.

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  7. Muy bueno el homenaje al librero-editor Juan Bautista Bergua, que estuvo en todos los frentes literarios (clásicos, populares), políticos

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