Hoy, domingo, el soltero del barrio nos lee la primera anotación que hace en su diario, que empieza hoy y quiere que sea público, y que ha titulado "Diario público de un soltero":
Se pregunta el soltero del barrio si es justo que él, que sólo va a la playa en invierno, cuando no hay nadie, deba pagar también mediante impuestos el agua que, en verano, millones de bañistas extranjeros y nacionales derrochan sin parar en las playas de Barcelona y otras poblaciones de la costa.
Si seguimos haciendo recaer en el hombro de unos pocos todo el peso del melodrama veraniego utilizando a los solteros como vulgares flotadores sociales estamos desvirtuando el sentido de la palabra solidaridad hasta unos límites absurdos. Más bien, deberían ser las tórridas familias obsolescentes que inundan las playas por estas fechas y las infestan, las que debieran plantearse pagarle el gintonic de otoño frente a la romántica playa solitaria a nuestro soltero del barrio, que es un ser seráfico y meditativo que no hace un ruido.
ResponderEliminarSalud
Al juarismi