Cuando no hay nada que escribir, es bueno seguir escribiendo sobre lo que hay que escribir. O bien, escribir diciendo por qué no escribes. Lo cual equivale a seguir escribiendo, aunque de otro modo.
Desamparados Blay Alabarta, Jose L Ferraz y 4 personas más les gusta esto.
Jose L Ferraz: La sorpresa se esconde al doblar la esquina, justo después de bajar los escalones de dos en dos. Se puede llegar sin tener nada que escribir y con todo por decir. Gritemos los sueños! y dejemos descansar a las palabras en un barquito de papel
Mery Sananes: Albert, dos libros de Henry Miller me marcaron con mucha hondura. Este "Tiempo de asesinos" y "El coloso de Marussi". Ambos, me situaron de alguna manera donde estoy. Vida y muerte. Y la lucha constante porque lo primero logre vencer lo segundo, tan cercano, tan duro, tan difícil de cambiar o trocar. Y a la vez me lleva a Beethoven y a esa maravillosa biografía que de él hiciera Romain Rolland. Alegría y tristeza. Batallando por la primera desde los sombríos caminos de la segunda. Y allí la sobrevivencia se hace un milagro que ya de por sí da la medida de la vida y la alegría. Los carteles de nuestra Pensión Ulises simepre tienen ese efecto de hacerme hablar de lo que nunca hablo. Y no sé si agradecerlo o no. Pero soy impulsiva por naturaleza, me equivoque o no. Y se me derraman las palabras, sin tener tiempo a recogerlas o acomodarlas. Así, húmedas te dejo éstas.
Cuando escribes sin nada que escribir es como apagar un lamento, ocultar un enigma o esconder un sentimiento, por eso estoy de acuerdo, sin nada que escribir hay que seguir escribiendo.
Albert Tugues: Espero, Mery, que los carteles del barrio te sigan provocando palabras.
Albert Tugues: Cierto, José Luis, es bueno dejar descansar las palabras en un barquito de papel, como dices, para luego decirlas mejos, añadiría.
Jose L Ferraz: La verdad es que tu escrito me recordó un poema de Dylan Thomas "la pelota que arrojé cuando jugaba en el parque aún no ha tocado el suelo". Vamos, que tus palabras no escritas me hicieron sentir lo que tengo de niño y por eso bajé los escalones de dos en dos, por eso grité mis sueños y por eso dejé el oficio de escritor, la querida y temida hoja en blanco, alejarse suavemente hecha barco de papel. Gracias por tus escritos, Albert.
Albert Tugues: Un verso magnífico de Dylan Thomas. Y el resto que has escrito, José Luis, es como un poema en prosa, como los que también escribe Mery Sananes en sus comentarios. Un día habría que publicar todo esto en un libro (de papel). Por si acaso, mejor publicarlo ahora, en las hojas informatizadas de Facebook. En el comentario anterior quería decir: "para luego decirlas mejor", y no "mejos". Aquí se puede corregir todo rápidamente y no hay que hablar con impresores ni editores (que me merecen todos los respetos, cuando respetan a los autores, claro).
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ResponderEliminarJose L Ferraz: La sorpresa se esconde al doblar la esquina, justo después de bajar los escalones de dos en dos. Se puede llegar sin tener nada que escribir y con todo por decir. Gritemos los sueños! y dejemos descansar a las palabras en un barquito de papel
Mery Sananes: Albert, dos libros de Henry Miller me marcaron con mucha hondura. Este "Tiempo de asesinos" y "El coloso de Marussi". Ambos, me situaron de alguna manera donde estoy. Vida y muerte. Y la lucha constante porque lo primero logre vencer lo segundo, tan cercano, tan duro, tan difícil de cambiar o trocar. Y a la vez me lleva a Beethoven y a esa maravillosa biografía que de él hiciera Romain Rolland. Alegría y tristeza. Batallando por la primera desde los sombríos caminos de la segunda. Y allí la sobrevivencia se hace un milagro que ya de por sí da la medida de la vida y la alegría. Los carteles de nuestra Pensión Ulises simepre tienen ese efecto de hacerme hablar de lo que nunca hablo. Y no sé si agradecerlo o no. Pero soy impulsiva por naturaleza, me equivoque o no. Y se me derraman las palabras, sin tener tiempo a recogerlas o acomodarlas. Así, húmedas te dejo éstas.
Cuando escribes sin nada que escribir es como apagar un lamento, ocultar un enigma o esconder un sentimiento, por eso estoy de acuerdo, sin nada que escribir hay que seguir escribiendo.
ResponderEliminarAlbert Tugues: Espero, Mery, que los carteles del barrio te sigan provocando palabras.
ResponderEliminarAlbert Tugues: Cierto, José Luis, es bueno dejar descansar las palabras en un barquito de papel, como dices, para luego decirlas mejos, añadiría.
Jose L Ferraz: La verdad es que tu escrito me recordó un poema de Dylan Thomas "la pelota que arrojé cuando jugaba en el parque aún no ha tocado el suelo". Vamos, que tus palabras no escritas me hicieron sentir lo que tengo de niño y por eso bajé los escalones de dos en dos, por eso grité mis sueños y por eso dejé el oficio de escritor, la querida y temida hoja en blanco, alejarse suavemente hecha barco de papel. Gracias por tus escritos, Albert.
Albert Tugues: Un verso magnífico de Dylan Thomas. Y el resto que has escrito, José Luis, es como un poema en prosa, como los que también escribe Mery Sananes en sus comentarios. Un día habría que publicar todo esto en un libro (de papel). Por si acaso, mejor publicarlo ahora, en las hojas informatizadas de Facebook.
En el comentario anterior quería decir: "para luego decirlas mejor", y no "mejos". Aquí se puede corregir todo rápidamente y no hay que hablar con impresores ni editores (que me merecen todos los respetos, cuando respetan a los autores, claro).