viernes, 6 de abril de 2012

EL APOCALIPSIS, SEGÚN GÜNTER GRASS
















La sobrina de la peluquera lee el periódico en el bar y nos informa que el escritor alemán y premio Nobel, Günter Grass, acaba de publicar un texto en forma de poema  contra Israel titulado Lo que hay que decir. Un anuncio apocalíptico, nos dice, sobre una nueva guerra mundial y el fin del mundo, que provocaría Israel, según el autor, arrojando bombas sobre Irán. En su texto, Lo que hay decir, no dice nada sin embargo sobre las viejas y nuevas amenazas de Irán  sobre la aniquilación y exterminio de Israel. 
Como poema produce asombro su mediocridad, comenta el poeta romántico del barrio, que dice haber leído todo ese panfleto en verso.
De todos modos, hay que reconocer que Günter Grass ha sido valiente al publicar en la prensa este texto de denuncia, comenta la cuñada del poeta. Y más sabiendo que sería acusado de su pasado nazi en las "juventudes hitlerianas" y, en consecuencia, de antisemitismo. 
Pero cabe también otra interpretación, ésta más interesada:
¿Esta provocación política suya no será propaganda y promoción mundial para su próximo libro? No sería la primera vez que este autor hace coincidir confesión personal y opinión política, provocadoras, con la publicación de un libro suyo, dice la nieta del anarquista.
A pesar de todo, El tambor de hojalata continuará siendo una gran novela y una gran película, comenta la dueña del bar, que se declara buena lectora del escritor alemán.
Algo huele mal en Alemania con el euro, la prima de riesgo y el apocalipsis de Günter Grass, y no seré yo quien husmee en el cubo de la basura!, exclama el humorista del barrio.
Y mientras tanto los intelectuales españoles haciendo mutis por el foro, salvo alguna rara excepción!,  añade la cuñada del poeta romántico.
Ah, ¿pero hay intelectuales españoles?, pregunta el humorista del barrio y pide otra cerveza.

El suplente del cronista

1 comentario:

  1. Mery Sananes: Debo decir que este barrio, en el cual me he colado, y esta pension donde me han dado posada, y sus habitantres y conterturlios, son de las cosas que más orgullo me dan. Si en ese pedacito de esperaza pudiéramos situar el gobierno del mundo, con seguridad seríamos mucho más felices, más justos y más fraternos. Nada se les escapa ni al humorista, ni a la cuñada del poeta romántico, ni a la sobrina del peluquero, ni la nieta del anarquista. Convivencia para una conciencia colectiva que a nadie quita quien cada uno es. Allí, en nuestro expaís, convertido en Venecuba, cuánta falta nos haría un barrio así y una Pensión Ulises.

    Albert Tugues: Me dicen los personajes del barrio y de la Pensión Ulises que tus palabras son un honor para ellos. Gracias.

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