La sobrina de la peluquera, en el bar, lee el periódico "La Vanguardia" en voz alta:
"La Corte Penal Internacional (CPI) declaró culpable al ex líder rebelde congolés Thomas Lubanga de reclutar a niños soldado entre 2002 y 2003 en la República Democrática del Congo. La sentencia supone un hito en la historia de la Corte Penal Internacional (CPI), que ha tardado casi diez años en emitir su primer veredicto".
La dueña del bar dice que no entiende muy bien la noticia.
Y el politólogo del barrio le explica: Fueron aprobados en 1998 por la ONU, en Roma, los estatutos de la Corte Penal Internacional, más conocido como el Tribunal Penal Internacional de la Haya.
Y ahora, al cabo de 12 años de haber sido instituido, se dicta la primera sentencia por crímenes de guerra, según las noticias, y el condenado es curiosamente un ex líder rebelde del Congo y no otros señores más conocidos, con más presencia internacional y guerras a cuestas.
He leído en Wikipedia algo sorprendente y lo he anotado en un papel, dice la nieta del anarquista, y lee lo siguiente:
"El Estatuto de la Corte Penal Internacional no ha sido firmado ni ratificado, entre otros países, por Estados Unidos, Rusia, China, India, Israel, Cuba e Irak, lo que denota la política de evitar someter a organismos supranacionales este tipo de casos".
Con razón, la primera sentencia que se ha atrevido a dictar este Tribunal ha sido para uno del Congo. Así cualquiera!, dice el humorista del barrio.
No sea irrespetuoso con el fallo del Tribunal Penal Internacional de la Haya, todo es comenzar, advierte el politólogo del barrio.
Ya, y para comenzar tenemos el Congo, y luego ya verán como pasaremos a Libia, los únicos países al parecer con criminales de guerra a lo largo de la historia bélica de Occidente y Oriente, comenta la nieta del anarquista.
Querida, el pez grande se come al chico, como dice el mago pescador del Circo!, exclama el humorista del barrio, y pide otro café con anís o carajillo.
El suplente del cronista
A Jose L Ferraz y Kai-Mai Olbri les gusta esto..
ResponderEliminarMery Sananes: Lo que más me agrada de mis compañeros de barrio y de pensión es que están clarísimos. Sin mucha parsimonia, ni vueltas ideológicas ni largas reflexiones, hacen las preguntas justas y se dan las respuestas correctas. Esa conversa, sin más que añadir, dice lo que habría que decir de estos organismos internacionales, a los que no se afilian los que no les interesa. Lamentablemente, añadiría, los niños son objeto de abuso, explotación y muerte programada o no, de muchas maneras, en muchos países. Y no hay tribunal ni ley que los detenga.Este barrio es una conciencia. Ojalá se expanda y extienda.