domingo, 24 de julio de 2011
VACACIONES EN LA CÁRCEL, Y LA MUERTE REAL
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En un telediario informan que se ha puesto de moda pasar un fin de semana en una cárcel de ficción. La empresa organizadora de tal ocio, de este viaje turístico a un centro penitenciario, te viene a recibir con un par de empleados encapuchados, te registran y te esposan, te entregan a la comisaría del hotel y luego pasas a la celda que tienes contratada, donde permanecerás encerrado todo el fin de semana.
Y sólo tienes que pagar unos 300 euros por la celda, impuesto del IVA y viajes aparte, anuncia la empresa organizadora de ocios. Empresa turística pero también con pretensiones morales, añade que esta actividad vacacional en la prisión es saludable y buena para experimentar en carne propia los rigores e incomodidades de estar en prisión, aunque sea como una actividad turística: con champán y vinos selectos, cocina de chef postmoderno, bien servida a sus horas por una encapuchada o encapuchado (esto no queda bien especificado, aunque es de suponer que la cárcel de turismo estará abierta a todo tipo de clientes y empleados, hombres y mujeres).
Es decir, una clase de turismo que no carece de una finalidad moral. Disfruta aprendiendo en directo en una de nuestras cárceles, como en los deportes de alto riego, y cuando salgas y seas libre te sentirás más sano y fuerte, y no habrás hecho unas vacaciones en vano.
Sabíamos de los juegos de guerra en los bosques, los fines de semana, para grupos de adultos aburridos que desean divertirse y matar el tiempo con un grupo de amigos, también aburridos y aficionados a las hazañas bélicas, a la muerte fingida, como hacíamos los niños de barrio después de ver una película. Pero ignorábamos esa afición a la cárcel, a ser prisioneros por un día o un fin de semana. Y todo por un precio bastante asequible de 300 euros, asequible, por supuesto, si no estás en el paro, hipotecado hasta el más allá y cociéndote en la playa.
O subiendo y bajando montañas, sin la cárcel como destino turístico, ni encapuchados que vengan a recibirte y a detenerte para que pases unas vacaciones originales en la cárcel de moda.
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Atentados, vida, muerte, atentado contra ti, contra mí, contra ellos, contra nosotros, contra vosotros, guerra contra todos, atentados económicos, atentados sangrientos, violencia de los Estados, violencia de los terroristas, violencia de la economía, guerras entre unos y otros, mientras sube y baja la Bolsa y el negocio con sangre entra y crece en los bolsillos y cuentas de los paraísos fiscales, donde todos anidan y se multiplican para seguir con la destrucción del otro en la vida moderna que nos ha tocado desvivir.
El suplente del cronista
He estado recluido unos años en uno de esos "centros turísticos", y les aseguro que no es nada confortable.
ResponderEliminarSi vienen por aquí, de vacaciones forzosas, ya les daremos una buena medicina y les bajaremos los pantalones. Todo gratis.
ResponderEliminarMenos turismo y más justicia social, también en las cárceles.
ResponderEliminarCínicos, frívolos, usureros y sadomasoquistas del turismo, váyanse al infierno, donde dicen que las prisiones son más calientes. Qué país éste, donde es noticia de verano un hostal de prisiones en lugar de habitaciones.
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