lunes, 11 de abril de 2011
UNA SEÑORA VENIDA A MENOS
La señora que viene a buscar comida al supermercado cuando ya han cerrado, dice que ella también había viajado de manera cómoda, en primera clase, e iba a las tiendas de ropa y zapatos de más categoría, y no compraba un caviar ni un cava cualquiera.
Frecuentaba los palcos y plateas de liceos, cines y teatros, y no era nunca la útima en irse de vacaciones al mar, con buenos hoteles y restaurantes junto a la playa.
La señora que viene a buscar comida cuando las tiendas ya han cerrado, dice que todo ha cambiado y ahora tiene que verse así, buscando pan Bimbo reseco, latas de atún y sardinas Massó caducadas y yogures pasados de fecha, Danone si puede ser, dice, aunque también se lleva productos menos conocidos, de otras marcas, ya que no están los tiempos para muchas exquisiteces ni sellos de calidad, añade antes de ponerse en la bolsa otra lata de cerveza de marca desconocida.
El suplente del cronista
Un día u otro, cualquiera de nosotros puede verse en la situación de esta señora, seleccionando latas caducadas.
ResponderEliminaresta sociedad del bienestar es muy triste.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Ciencia-ficción: Todas las sucursales bancarias haciendo de Pensiones nocturnas, y los productos caducados de los supermercados y los contenedores abasteciendo a los marginados, que algún día seremos todos. ¿Ciencia-ficción?
ResponderEliminarNo es ciencia-ficción. Por las noches cada día hay más gente buscando y rebuscando entre la basura. Hay productos que incluso no están muy caducados y algunas frutas y verduras aún se pueden comer.
ResponderEliminarEs el Estado del Bienestar, ¿no? Incluso los pobres tienen sus latas y verduras y sus hostales bancarios para estar calentitos y soñar. No seamos demagógicos.
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