viernes, 18 de febrero de 2011
EL TODO, LA NADA, EL PRIMER CAFÉ, CORTADO O CARAJILLO
La sobrina de la peluquera entra en el bar con un folleto que una muchacha le ha entregado por la calle, y nos lo lee:
PANFLETO PEGADO EN UNA PARED DEL BARRIO
Todo lo que vio y todo lo que no vio. Todo lo que vio no era suficiente y todo lo que no vio, tampoco. ¿Todo lo que vio era realmente todo? ¿Todo lo que no vio existía realmente? Por otra parte, ¿de qué le serviría ver lo que aún no había vito? Aunque viera lo que no vio, simpre habría algo no visto aún.
Entonces volvemos al principio, cuando todo lo que vio no era suficiente, pero le vino por delante y lo pillaron desprevenido, sin defensas, y lo dejaron tocado, pero se levantó.
Otro día, cuando lo que no vio le vino por detrás, a traición, también lo pillaron indefenso, pero esta vez lo dejaron en el suelo, herido, malherido y finalmente muerto.
Y dejó de tener importancia lo que vio, y ya nunca sabría que lo que no había visto fue lo que realmente le mató.
En consecuencia, si todo lo que vio le hubiera hecho adivinar lo que no vio, de este modo, ¿no le hubieran pillado desprevenido, sin defensas, y se hubiera salvado?
Vaya pregunta!, prefiero no ver ni saber nada, dice la hermana de la dueña del bar.
Ojos que no ven, corazón que no siente, comenta el poeta romántico del barrio, que no ve un carajillo y lo derrama sobre el mostrador.
Ud. si que no ve más allá de sus poesías, le increpa el humorista levantando el vaso y tomándose el resto del carajillo derramado.
Me gusta este panfleto, apunta la nieta del anarquista. Hay un todo cuya mitad desconocemos, decía siempre mi abuelo, y es precisamente esa parte desconocida, secreta, lo que nos pilla por sorpresa y acaba con nosotros, nos destruye.
Exacto. Por culpa de esa parte desconocida, policiaca, por culpa de esos agentes secretos no gané un premio de poesía, comenta el poeta romántico.
Ud. siempre con sus rimas y fracasos, incluso ahora que hablamos de temas serios, como lo desconocido, la muerte imprevista o el asesinato, reponde la sobrina de la peluquera con el folleto en la mano.
No te pongas estupenda, no desmoralices al trovador, dice la dueña del bar, y le ofrece al poeta otro café descafeinado, éste regalo de la casa, añade.
A mí también me ofenden, no me publican los chistes y nadie me regala un café!, exclama el humorista del barrio mirando a la dueña del bar, que no le hace caso y le salpica con agua.
El suplente del cronista
Genial! felicidades!
ResponderEliminarel inventor de la gorra con retrovisor y viajero en el tiempo con una cámara super8
Y si vamos corriendo por la vida, se ven más cosas???
ResponderEliminarAnsioso
Una a veces ve cosas que parecen lo que no son, o que le dicen que aquello que ella vió no era...se lo explican pero le cuesta entender que lo que vio no fue lo que en realidad era.
ResponderEliminarEs dificil creerlo, pero me dicen que a veces pasa, que una ve aquello que no es, o mejor dicho aquello que para el otro no es.
Mar de confusiones
¿Eso de que le den a uno por detrás, con alevosía y sin avisar, es una metáfora?
ResponderEliminarApolítico
Como decía Joan Brossa, a veces es mejor no contar con los dedos.
ResponderEliminarVanguardista