miércoles, 15 de diciembre de 2010
¿QUÉ ES LA LIBERTAD?, SE PREGUNTAN EN EL BAR
Dice la prensa que los eurodiputados han homenajeado a Fariñas, disidente cubano, galardonado con el Premio Sajarov a la libertad. Una silla acusadora, vacía, como testimonio de su ausencia, ya que el gobierno de La Habana ha prohibido su viaje a Estrasburgo.
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Parece ser que algunos diputados españoles prefirieron no sumarse al homenaje. Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras, como titulaba Miguel Hernández una obra de teatro. Mal andamos si no estamos al lado de los que luchan por la libertad, dice la directora de teatro infantil del barrio.
Hoy, y hablando de otro tema, comenta un oficinista del puerto que ha tenido una discusión con unos compañeros del trabajo: casi todos están a favor del "estado de alarma" y de procesar y condenar a los controladores aéreos. No importa si hay un convenio sindical, afirman, ni que lo hayan pactado con la dirección de Aena que depende del gobierno de turno: a la cárcel.
El problema de los controladores es que ganan demasiado y además quieren ser considerados como trabajadores y hacer huelga, dice la modista del barrio, y esto no hay quien lo aguante.
Todos estamos en contra de las huelgas de los demás, responde la nieta del anarquista, porque hacen daño, y es verdad: todas las huelgas hacen daño a los que no hacen huelga y, la verdad, tampoco nos importa la causa de la huelga cuando es de otros. Las huelgas nunca son agradables ni cómodas para nadie, pero recordemos que todos los derechos laborales se han conseguido gracias a los huelguistas de todos los tiempos (y algunos murieron en esa lucha).
Pero, ¿los empleados que ganan más, los empleados que tienen un sueldo excesivo tienen derecho a la huelga?, pregunta la peluquera del barrio.
Si unos tienen derecho a la huelga y otros no, entonces habrá que suprimir el derecho de huelga e inventar otro sistema de reivindicación, opina el lampista.
El fallo estratégico de los controladores, dice un sindicalista jubilado, es no haber convocado la huelga y respetado unos servicios mínimos, con lo cual han dejado el campo abierto al "estado de alarma y su prórroga" y la aprobación popular de esta medida excepcional (no digo linchamiento laboral, pues son dignos de crítica esos privilegiados que ganan demasiado al año, como dice el propio gobierno, aunque pactó con ellos un convenio de horarios y sueldo meses atrás).
Por cierto, ¿cuánto gana el director de ese monopolio estatal, Aena, gana más, menos o igual que los controladores?, pregunta al final la profesora en paro.
Y algunos cantan a coro (estamos en Navidad):
¿El método reivindicativo de la huelga ha muerto, es del siglo pasado?
¿La relación entre empresa, trabajadores y sindicatos es también del siglo pasado?
Y los políticos, ¿son también del siglo pasado o del anterior?
¿Estamos en el siglo XXI, somos los más modernos y tecnológicos, pero tenemos las ideologías políticas y económicas del 1900?
¿La libertad es no dar miedo ni tener miedo?
Todo es ruidoso en el bar y nos tomamos otra cerveza.
Fotografía de César Vallejo
El suplente del cronista
Muy preocupados los veo a los de la Pensión Ulises con el tema de las huelgas. Sí, creo que habría que inventar otro sistema reivindicativo, más moderno, frente a la patronal. Y sobre todo modernizar tanto el Derecho Laboral como el Derecho Mercantil. Y modernizar también a los políticos, que andan aún con las muletas ideológicas de siglos pasados.
ResponderEliminarEstudiante de Graduado Social
No hay otra forma de lucha que la huelga para presionar a las empresas y a los gobiernos. Una huelga es una asociación de trabajadores, una agrupación en lucha, ya que la acción individual es ineficaz, como saben muy bien los partidos políticos, las iglesias y las mafias, que también se unen para jorobar al contrario, al adversario.
ResponderEliminarEnfermera y huelguista cuando conviene
Lo que sucede es que siempre nos molesta el derecho de huelga cuando lo ejercen los demás, y luego queremos que sea respetado nuestro derecho a la huelga cuando nos interesa modificar el convenio.
ResponderEliminarJardinero
¿Y lo de los servicios mínimos? Una falacia. Una huelga de verdad no tiene servicios mínimos, aunque se diga (quizá con la excepción de las urgencias médicas).
ResponderEliminarExenlace sindical
Monopolios estatales, grupos religiosos y grupos políticos poderosos, Bancos y Cajas, Sectas, Mafias, Multinacionales: unos privilegiados.
ResponderEliminarSin miedo a volar
No sólo existen los privilegiados "marcados" por el gobierno, señalados con "la letra escarlata" de la ignominia y perseguidos como si fueran delincuentes. Esos mismos políticos no están libres de culpa al aceptar el convenio colectivo entre la dirección de Aena (que depende aún del Ministerio de Fomento) y sus empleados.
ResponderEliminarHermana de controlador aéreo
No debe sorprendernos. Ya nos hablaba Elías Canetti del "contagio de la masa", de la capacidad destructora de ese contagio, que siempre se convierte en epidemia en las dictaduras y en los malos gobiernos democráticos. Se escoge a un grupo, se lo demoniza (judíos, gitanos, comunistas, homosexuales, la lengua catalana durante el franquismo, etc.), se habla de sus privilegios, de sus "peculiaridades negativas" y, sobre todo, de su dinero, y ya tenemos extendido "el contagio destructivo de la masa" contra ese grupo "marcado". Todo esto es muy peligroso. Cuando se pierde la razón y el sentido común, se utiliza la violencia.
ResponderEliminarPragmático
Artículo nuevo.
ResponderEliminarAvance de la vigésima tercera edición
demonizar.
1. tr. Atribuir a alguien o algo cualidades o intenciones en extremo perversas o diabólicas.
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Mal síntoma que lo gobiernos democráticos utilicen los "estados de alarma o de excepción" para resolver los conflictos civiles, laborales, sociales, etc., recurso político más propio de las dictaduras militares, de los totalitarismos. Los conflictos civiles no se pueden resolver usando la mano militar, no para ayudar, sino para atemorizar. Así se pueden resolver todos los conflictos desde el primer día, con mano dura: dictadura.
ResponderEliminarInsurrecta
El domingo en mi casa se armó la gorda entre los hermanos, unos a favor de los controladores, otros en contra...yo les comenté¨: "si sois tres y no os poneis de acuerdo, imaginaos lo que debe ser entre el gobierno, los huelguistas, Aena... mala solución le veo al tema".Y dimití como madre, de momento...
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