El mismo cliente comenta que, este año, la gran sorpresa ha sido la falta de sorpresa del codiciado Premio planetario y las declaraciones de los autores que, también como cada año, declaran que ignoraban que ellos llevaran toda la serie del número ganador.
Otro cliente, que dice tener prisa, opina que siempre se quejan los perdedores, los que no aciertan a comprar el número adecuado en la administración de lotería adecuada, sin la buena suerte necesaria en esta vida.
Un cliente que acaba de entrar, considera que la cuestión es otra: el exceso de confianza en el azar, ignorando lo que ya decía Mallarmé, "que una jugada de dados no abolirá nunca el azar".
"Sobre todo, si el azar está "predeterminado", como nos advierten los ordenadores", dice el primer cliente después de pagar la barra de pan de 250 gramos (peso aproximado).
El becario del suplente del cronista
Creo que sería más justo dar el premio a un escritor sin hacer concursar a tantos escritores poco conocidos o desconocidos.
ResponderEliminarProyectista
¿Pero aún quedan novelistas ilusos?
ResponderEliminarNunca ha entendido lo que buscan presentándose a esos premios millonarios, que nunca ganarán, ya que es lógico que la empresa editora juegue a caballo ganador.
Pragmática
Buscamos que nos lean, que nos vean, y conseguir un segundo o tercer o cuarto puesto.
ResponderEliminarNovelista práctico
Lo más práctico, querido novelista, sería que primero publicaras unas cuantas novelas (mejor si son buenas), y luego, ya con un poco de nombre y más experiencia narrativa, te presentaras al gran premio. Eduardo Mendoza se lo ha currado, se lo ha ganado escribiendo buenas novelas antes del gran premio.
ResponderEliminarLectora