![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjNHbqn2WT7XBnk_thy4mLekUGdnv20JGah8B0L90061OrQUVLcepNK3YzTh-E1LMp7IBmYmXk9wmhEPxCKY42BphCoRxonbmYTjyRfF-0MHaa-AIYJzZljMaprh2LUPNXrlUgOzsofe4I/s280/Imagen+561.jpg)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmdhKlDatitcZV3SQU0UibtAKwp2bcToVSe5nJ9JEXkvla4fOY33yq-jPQXZrFij33LVWxIO9hAQjjOxibZdsZ05TXBdj52MacV0RrBAxpY_vDVqNVdUiJK4Bzb-2opyN2lYwh0mNRzhk/s280/Imagen+967.jpg)
No todo son viajes, automóviles, aviones, barcos, tráfico en moto o en bicicleta.
También hay un libro de poesía de Salvador Espriu que se titula así: Setmana santa.
Y hay otro libro, de Xavier de Maistre, titulado:
Viaje alrededor de mi habitación.
Nadie viajó tanto como el Quijote en sus aventuras, primero leyendo, y después recorriendo los caminos y campos de Castilla, como diría Antonio Machado, otro viajero del camino interior.
El becario del suplente del cronista
Se puede viajar leyendo.
ResponderEliminarEl viajante (comercial, de profesión, harto de viajes)
Y otro del escritor húngaro Frigyes Karinthy en el que el viaje, aun pareciendo más limitado, es infinito: "Viaje alrededor de mi cráneo".
ResponderEliminarEl viajero impenitente.