Fotografía: Matilda Sagan, Niña paseando al cuervo por el barrio
Dice el estadístico del barrio que la catástrofe de Haití puede hacer variar el valor de las cantidades. Otros vecinos le preguntan qué está diciendo y que lo explique mejor. Y el estadístico responde lo siguiente: 100.000 mil haitianos muertos en una catástrofe no equivalen a 100.000 franceses, ingleses, españoles o estadounidenses muertos en una catástrofe. El número, aun siendo el mismo, tiene otro valor de cantidad en la valoración social y política. En los países del Primer Mundo, por ejemplo, las miles y miles de catástrofes y muertes del Tercer Mundo no tienen el mismo valor de cantidad que para el Primero.
En resumen: 100.000 muertos en Francia en una catástrofe nos impactaría más que 100.000 muertos en Haití, y las noticias, las cooperaciones y las posibles soluciones también serían distintas. Otro ejemplo: 4.000.000 de parados es una cifra muy alta para un país europeo, pero la misma cifra resulta menor para un país de África o Asia.
Así pues, una determinada cantidad de muertos en un lugar determinado impresiona más o menos que la misma cantidad en otro lugar. Unos viven y mueren desprotegidos, como hormigas pisoteadas por la nauraleza o el propio hombre, y la cantidad desaparecida, muerta, impacta menos que si la misma cantidad desapareciera o muriese en otro país, donde los ciudadanos pueden vivir y morir protegidos (hasta cierto punto).
Unos vecinos estuvieron de acuerdo y otros no, y así, discutiendo el valor de los números y los muertos de otros países, se fueron al bar a desayunar.
El suplente del cronista
Hay distintos varemos o varas de medir. El individuo del Primer Mundo cuenta más, siempre vale más a la hora de contar: ¿quién pagaría un rescate de millones de euros por quince o veinte negros desconocidos de África? Lo mismo sucede con las hecatombes naturales o los atentados: lo que ocurre en Occidente siempre vale más, incluso como noticia periodística y conmoción o alarma social, como se dice ahora.
ResponderEliminarOtro que hace estadística
Te cambio diez por uno. Horrible. Habría que ayudar a democratizar esos países y a contruir viviendas más sólidas, como las japonesas. Las grandes catástrofes siempre afectan más a los más pobres. ¿Quién organizará y distribuirá los alimentos y el dinero que se mandará a Haití? El dinero seguro que no llegará a los verdaderos afectados, y en cuanto a las medicinas y alimentos, ya veremos, quizá al principo, por disimular...
ResponderEliminarEn esos países hay grupos, fuerzas vivas que también especulan con el dolor y la miseria de la gente, y la mala conciencia de Occidente, que da limosnas para enfermos y muertos...
Ciudadano de primera o segunda clase (no estoy muy seguro)
Mañana nos darán otra noticia "espectacular", y olvidaremos Haití, Irán, Irak, el Sáhara, otra vez Palestina / Israel, otra vez Afganistán, Somalia, el Yemen, etc., etc., etc. Somos consumidores de todo, también de noticias, y a vivir que son dos o tres o cuatro días (en Occidente, unos días más). Sin olvidar el atentado de ETA que el ministro Rubalcaba nos está anunciando, como en la novela de García Márquez.
ResponderEliminarRedactor de noticias
Cien mil no son cien mil sobre todo porque nadie los ha contado. Tal vez son el doble o la mitad ¿quién sabe el número de la muerte en un pais donde la pobreza es absoluta?
ResponderEliminar¿Y a qué bolsillo irá a parar la ayuda internacional?
Como dice MCM, ¿quién sabe el número real de muertos en un país tan pobre, tan miserable, donde si te encuentran medio vivo, sepultado bajo los escombros, lo difícil será rescatarte, curarte y seguir viviendo?
ResponderEliminarEl suplente
Dicen Obama y otros poderosos que ya mandan sus aviones y helicópteros para allá (con medicinas, alimentos y soldados para ayudar). Lástima que no se hayan acordado antes, antes de tanta muerte, quiero decir. ¿Y después? Si te he visto, no me acuerdo.
ResponderEliminarUn cronista