Fotografía: Matilda Sagan, Graffiti en una vieja tienda de comestibles, rodeada por las tiendas de diseño del Passeig del Born (Barcelona)
Me ha dicho el vecino más informatizado de la comunidad, que en los "Blogs" se está escribiendo el Libro del Futuro, aquel libro donde habrá testimonio de todo, en imagen, sonido y palabra, y en un formato universal donde todo es posible, cualquier técnica, cualquier forma. Lenguaje total, pues, collage artístico (artes plásticas, música, palabra escrita y dicha), arquitectónico, periodístico, histórico (política, economía, realidad social), creación, narración, poesía, en suma, prosa del siglo XXI.
Será el libro total, en el que se reflejarán ya todas las técnicas y formas posibles, cuyo potencial descomunal no tuvieron a su alcance pero ya lo imaginaron los padres del siglo XXI, por ejemplo, Cervantes, Shakespeare, Dante, Rabelais, L. Sterne, Rimbaud, Lautréamont, Mallarmé (siempre en busca del Libro), Lewis Carroll, los dadaístas, los surrealistas, Artaud, Joyce, Kafka, Pessoa, Robert Musil, Karl Kraus, B. Brecht, Pound, Eliot, Faulkner, Dos Passos, Alfred Döblin, Virginia Woolf, Macedonio Fernández, Valle-Inclán, Lezama Lima, Borges, Rulfo, Cortázar, etc.
(-"Perdone la lista", se ha excusado el vecino informático, que me ha hecho saber que está colaborando en la creación de la más moderna y sintética enciclopedia digital de la literatura universal, y por eso anda con la cabeza llena de nombres y títulos).
Aunque algunos de esos autores, cosa curiosa -ha añadido-, escribieron como si hubieran dispuesto en su tiempo de las nuevas tecnologías de la información, la permutación y la "forma".
Un poco agobiado por la información que me ha dado mi vecino, he ido a dar una vuelta por el puerto, y mientras paseaba me ha entrado una pequeña duda (no tan pequeña en realidad):
¿Qué ocurrirá con el libro, con todas las publicaciones de papel?
Si todos los lectores jóvenes se habitúan a la lectura digital y ésta se hace cada vez más cómoda y atractiva (y no estropea los ojos), ¿el libro se reducirá a ser como un objeto artístico, de valor incalculable para los nuevos coleccionistas, pero ya de uso arcaico para los nuevos lectores?
¿Un objeto preciado, de gran valor artesanal y sentimental para las manos de los viejos lectores, que necesitaban tocar para leer y para creerse lo que estaban leyendo?
Es cierto, se descubre mi edad junto al puerto, los años se reflejan en el mar:
los verdaderamente jóvenes ya no se hacen esas preguntas y viven y crean en la Nueva Era Virtual / Digital, cuyo génesis se está escribiendo ahora mismo y publicando en todo el planeta y más allá del azul.
El cronista del barrio, unos días después de Sant Jordi
Me parece un poco exagerado hablar de una nueva era de la civilización a causa de "internet", la vida virtual y las ediciones digitales. Yo siempre me quedaré con el libro de papel, y no soy tan viejo y me gusta la modernidad.
ResponderEliminarLector de papeles
Pues yo sí creo, es evidente, que ha comenzado una nueva era. Se trabaja de otro modo, las guerras se hacen de otro modo, con otro armamento, las crisis económicas son de otro modo, todo es de otro modo, y tambié la lectura. Por lo tanto, la crisis del libro, tal como éste se ha conocido desde la invención de la imprenta, está ya aquí, en el comienzo de esta nueva civilización, donde la industria del papel pasará a ser muy secundaria. El papel será destinado a objetos artísticos, como si se tratara de un metal precioso. El futuro es el de la Era Digital, Internet y lo que vendrá, que no nos podemos ni imaginar.
ResponderEliminarUn Futurista