BARÇA, 2 -POESÍA...
A la una del mediodía, inaugurada la placa dedicada a Marià Manent, poeta, prosista y traductor exquisito de poesía inglesa y poesía china. También nació en el Raval, cuando era Barriochino, calle Doctor Dou, 11, en la parte noble del Barriochino.
A las 18 h., coloquio en el Palau de la Virreina (de un palacio a otro), sobre el tema de la traducción poética como otra forma de poesía, con Miquel de Palol, Dante Bertini, José Florencio Martínez, José Mª. Micó y Antonio Tello. Se leyeron traducciones de Horacio (de Enrique Badosa), poesía náhuatl, Ausiàs March, Jordi de Sant Jordi y Ariosto, entre otros.
A las 19 h., Festival Internacional de Poesía, con poetas en el escenario y en el patio de butacas (no pude contarlos, estaba muy oscuro y me vi obligado a salir antes), con algún que otro transistor, como decíamos ayer, alterando el ritmo de los poemas y los corazones de los poetas y narradores. Aunque hubo excepciones, por ejemplo, Lluís Mª. Todó, que declaró valientemente a los micrófonos de BTV que no le interesaba para nada lo que se estuviera jugando en otro sitio. Tampoco esta vez hubo poetas lesionados.
Y en cuanto al Barça..., ya hay muchos comentaristas deportivos, ¿pero es posible que todo el mundo sea del Barça? No salgo de mi asombro. Los miércoles, milagro.
En este momento, el Barrio Gótico está ocupado por tierra, mar y aire por una masa azulgrana de hombres y mujeres, nativos y turistas con banderas y astas ondeando peligrosamente. Mejor refugiarse en casa antes de que nos arrollen entre gritos de victoria y camisetas blaugranas al viento.
Hasta el próximo año.
Por fin se acabaron los reportajes. Qué pesado este reportero con tanta poesía y fútbol, todo el día arriba y abajo, como si no hubiera otra cosa que reportar.
ResponderEliminarUna vecina del reportero
Asistí a lo de Marià Manent, y se dijo en público que la placa conmemorativa había sido reclamada al Ayuntamiento por los vecinos. Los poetas presentes no abrieron la boca, ¿pero había poetas presentes en la acera del Dr. Dou, 11, , bajo la placa dedicada a Marià Manent? Un par quizá, y el resto vecinos luchadores.
ResponderEliminarMartina Espinosa
No exageremos, querida Martina, en la acera hubo ambiente vecinal, es cierto, pero también presencia municipal y familiar favorable a Marià Manent. En cuanto a los poetas, debemos comprender que la hora del mediodía era un tanto intempestiva para que pudieran acudir los poetas en masa, que diría un deportista.
ResponderEliminarUn lector de poesía china
Yo vi a un poeta escondido detrás de un árbol, en la acera de enfrente, como si temiera ser fotografiado con la familia Manent y las dos autoridades municipales (una de ellas tampoco abrió la boca).
ResponderEliminarUna lectora de Keats, Emily Dickinson y Dylan Thomas en traducción al catalán de Marià Manent
Me gustaría aclarar que no era un servidor quien estaba detrás de un árbol, sino más bien a la sombra de un árbol como protección del sol radiante.
ResponderEliminarPero sí es verdad que había alguien escondido detrás de un árbol, ¿no sería Vila-Matas?
El reportero
No han comentado que Albert Manent relató la historia de la casa donde nació su padre. El edificio fue construido por uno de sus antepasados, con cuatro pisos sin ascensor, y la vivienda de la portera en el terrado, como era usual. Hace tiempo que en este edificio ya no vive nadie de la familia Manent, se vendieron los pisos a los vecinos,a buen precio, y tiene ascensor, dijo al final Albert Manent.
ResponderEliminarOtro cronista bien informado