"Letrapichaherido: Desde nene le fascinaba la palabra ladino por su polisemia. Vio en ella la quintaesencia de su carácter propenso a la mendacidad, la impostura y el fingimiento de las apariencias. Ya de mayor (aunque sin dejar de ser un nenaza) se convirtió al judaísmo. A esa edad la ablación del prepucio debió de ser un acto doloroso. Quizá esa herida le siga escociendo. Ello explicaría su amargura, sus verbales zarpazos de hiena y su poesía afectada. Nada que decir de su mala baba: ser baboso no es una cuestión religiosa: es genético."
A.H.
Huele a chismorreo de patio de vecindad; al menos, en los auténticos, se escuchaba música alegre y a veces se olía lo amable de un guiso o se recibía una sonrisa o una confidencia.
ResponderEliminarMucha envidia, mucha envidia...