miércoles, 14 de enero de 2009

FALTA UN ÁNGEL EN MI MESA

Joan Miró, La reforma (1916)




















¿Estoy en lo cierto? ¿Veo visiones o no leo bien? Si lo que dicen es así, poder vivir sin preocupaciones, me gustaría que sin más demora me facilitasen la dirección del domicilio social de la "Asociación de Ateos de Catalunya", que ofrece felicidad y disfrute de la vida a cambio de nada, o sea, de no creer en Dios, que también es nada.

Hasta ahora, qué lástima, me he equivocado y he estado perdiendo el tiempo, pues hace años que dejé de creer en Dios, pero las cosas tampoco me han ido demasiado bien, la verdad.

Este anuncio, sin embargo, me ha decidido a preguntarles si es verdad que el hecho de no creer en Dios da esa felicidad que ustedes proclaman. Yo me apunto, ya que pese a ser una descreída no he experimentado ese disfrute de la vida del que hablan ustedes. Díganme, por favor, a dónde debo dirigirme para formalizar mi inscripción, y al mismo tiempo les adjuntaré unas fotocopias de mi carnet del paro, del contrato de alquiler que ahora me caduca y de una vieja hipoteca de mis padres que nunca vence.

¿Cuánto tiempo perdido!, sin Dios y sin el autobús de la felicidad, y yo aquí en la parada esperando como una boba al autobús aburrido de los días laborables.

Una atea en paro

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