jueves, 7 de diciembre de 2017

PROMESAS Y MEJILLONES

Viñeta: Ferreres

Derecho a una vivienda digna, derecho a un trabajo digno, ¿no son derechos contemplados en la Constitución?, pregunta la vidente del barrio en el bar.
Sí, por supuesto, en los artículos 35 y 47 de la Carta Magna, responde el politólogo del barrio.
Ah, bueno, entonces, ¿esto no se cumple y no pasa nada?, pregunta la sobrina de la peluquera.
Verás, niña, una cosa es tener derechos y otra es poder aplicarlos, ¡que también hay mucho holgazán que no trabaja y reclama derechos!, contesta la cuñada del dentista.
Así se habla, alto y claro, ratifica la vecina taxista.
Vale, vale, yo creía..., murmura la dueña del bar.
Del dicho al hecho...Trabaja, calla y a otra cosa, mariposa, que no está el horno para bollos, aconsejaba mi madre, apunta el humorista.
"En teoría todo debe ser digno, pero luego viene la realidad, el día a día, y te sumas a la indignidad y a seguir viviendo lo mejor que puedas, o te conviertes en un indignado contra esa misma realidad, no hay vuelta de hoja", como decía mi abuelo, comenta la nieta pacifista que tenía el abuelo anarquista.
La impaciencia, cuidado con la impaciencia, que es mala compañera, como advierte mi madre a sus novios trileros antes de despacharlos con un soberbio guantazo, cuenta la hija de la bibliotecaria.
"Querellas, que todo son querellas en el vivir, / querellas de amor y trabajos perdidos", recita el poeta romántico del barrio.
Y querellas políticas, ¿no?, apunta, el periodista del barrio.
¿Qué pasa, qué ocurre, no haber tapas, no haber mejillones?, pregunta un turista belga.



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