martes, 29 de marzo de 2016

POESÍA Y SACRILEGIO

La hermana del informático lee en el ABC digital: "El caso ha saltado hoy a los juzgados después de que la Asociación Española de Abogados Cristianos haya presentado una denuncia ante la Fiscalía contra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y contra la poetisa Dolors Miquel." Es el caso del poema-padrenuestro, explica la hermana del informático.
Mal asunto si la fiscalía entra en la poesía, comenta el politólogo del barrio.
Señores, si hay denuncia, hay que fiscalizar, y que cada palo aguante su vela. indica la fiscal del barrio, que no es fiscal, sino aficionada a fiscalizar, añade la dueña del bar, por si acaso.
Hay que denunciar y perseguir a los poeta inmorales que escriben poesías sacrílegas, claro que sí, afirma la cuñada del dentista.
Poesía y sacrilegio, aún, sólo nos falta la hoguera, como en la Inquisición, opina la hija de la bibliotecaria, y añade que su madre tenia un novio católico que no era precisamente un santo.
¡Sería mejor que se preocuparan del sacrilegio que se comete contra los refugiados y todos los marginados de este mundo!, salta y dice la nieta del anarquista. Además, esta poesía no es sacrílega, sino que es un homenaje a la Virgen María como mujer, a su cuerpo de mujer, añade.
¡Bien dicho, un homenaje al cuerpo de la mujer, sea virgen, santa o prostituta!, exclama la sobrina de la peluquera.
¡No digan más obscenidades, que las empapelo!, salta la fiscal del barrio.
El año pasado, en Pakistán, hubo 625 atentados terroristas y murieron 1.069 personas, según el Instituto Pakistaní de Estudios para la Paz. Dos atentados diarios, y esto no es sacrilegio ni se denuncia cada día y a todas horas, advierte la nieta del anarquista.
No hablemos de terrorismo, que es peligroso y trae mala suerte, y que cada uno limpie los pecados y la poesía diabólica de su casa, sentencia la cuñada del dentista.
Hay que denunciar y fiscalizar por el bien de la propia poesía, que es palabra de musas y dioses, advierte la fiscal del barrio.
Pues yo no tengo ni musa ni dios que me proteja, y, visto lo visto, no sé qué haré con mi próximo poemario, que es invocación y canto a los senos de una monja que tuve en el parvulario, se lamenta, casi rimando, el poeta romántico del barrio.
Si le añade ironía y dice que la monja no es tal, sino el disfraz de una okupa, el libro podría ganar incluso el Premio Nacional de Poesía, recomienda la nieta del anarquista
¿Y quieren decir que entonces no habrá denuncia ni censurarán el libro?, pregunta el poeta.
Ah, en este país del nunca se sabe, todo puede ser calumnia, sacrilegio y desacato, y una poesía bien puede acabar en el Constitucional, advierte el humorista.
En medio de tanto recurso imprevisto, ¡mejor recurrir al café con pasta o bocadillo!, exclama la dueña del bar. 

1 comentario:

insurrecta dijo...

Poesía, sacrilegio, nuevos tiempos de Inquisición.