sábado, 16 de febrero de 2013

¿POR QUÉ?

¿Ya no hay manifestaciones contra las guerras? ¿Por qué? 
¿Siria, Afganistán, Mali, etc., son acaso tierras de turismo?
Muy simple, dicen los detectives analistas más entendidos y cínicos del barrio: ahora las guerras son más limpias, ecológicas, con aviones bombarderos sin tripulación, manejados a mucha distancia, a tanta distancia, que la guerra deja de existir como espectáculo publicitario, y ya no tiene aquel atractivo de antes, con la muerte en directo, para las empresas publicitarias de bebidas y detergentes. 

Tampoco ayudan a mejorar  el espectáculo, todo hay que decirlo, los ataques selectivos, secretos y tan selectivos que incluso pueden aterrizar en el salón de tu casa y ametrallarte en familia, tomando el té. Sin embargo, esta muestra de insuperable teatro vivo y de la crueldad, como no llegó a imaginar ni Antonin Artaud..., esta acción, pues, que podría ser espectacular con una buena realización técnica in sito, no tiene aún suficientes garantías para hacer un buen programa televisivo y poder contarlo en directo, sin riesgo alguno. 

Pero estamos en ello, mientras los políticos bailan otro vals y, algunos de la comunidad europea, se quejan a su pareja de baile que en las comidas preparadas se mezcla carne de ternera con la de caballo, sin advertir previamente al consumidor. 
Fenómeno que, según constatan y advierten, no se produce en los pueblos de África, más ecológicos, y donde la carne de ternera y la de caballo no aparecen sino en sueños y en modo alguno mezcladas.

2 comentarios:

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Julia Costa: Si no hi ha ianquis pel mig es veu que no tenen cap gràcia.
Hace aproximadamente una hora · Me gusta

Ana March: No concuerdo con el análisis, pero la reflexión me parece del todo necesaria. La guerra ha dejado de poder estar publicitada por detergentes porque se dieron cuenta quienes la propugnan, que el silencio también es un arma letal. Es muy interesante ver la evolución del periodismo de guerra, sobre todo antes y después de la guerra de los Balcanes. Me ha recordado a este poema de Zbigniew Herbert, en el que se pregunta por la aritmética de la compasión. En todo caso, gracias por hablar de ello. Un saludo:

"Don Cógito lee el periódico" (del poeta Zbigniew Herbert)

En primera página
la noticia de la matanza de 120 soldados

la guerra ya duraba mucho
uno puede acostumbrarse

justo al lado información
de un crimen espectacular
con el retrato del asesino

la mirada de Don Cógito
salta indiferente
la hecatombe de los soldados
para sumergirse con deleite
en la descripción del espanto cotidiano

un agricultor de unos treinta años
en una depresión nerviosa
mató a su mujer
y a sus dos pequeñuelos

con precisión se describen
la ejecución del crimen
la posición de los cuerpos
y otros detalles

a los 120 caídos
inútil es buscar en un mapa
la excesiva lejanía
los oculta como una jungla

no estimulan la imaginación
son demasiados
la cifra cero al final
los transforma en una abstracción

un tema para meditar:
la aritmética de la compasión

Hace aproximadamente una hora · Me gusta · 1 ·

Luis Nadal: Es normal, es natural. Por más que los medios digan o dejen de decir, todos y cada uno, nos decimos... " sí pero... ya tengo bastante con lo mio", y con la vergüenza de no ser lo que se creía ser, se intenta pasar desapercibido y mantener un reducto de falsa dignidad, imprescindible para sobrevivir. Y pasan los días con la sola esperanza de que un día triunfará la verdad que tanto esfuerzo nos cuesta mantener oculta.
Hace 58 minutos · Me gusta

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Mery Sananes: Reflexión ciertamente necesaria e imprescindible y aunque Ana tiene razón en su agregado no logro atrapar la discordancia. La guerra se ha vuelto un espectáculo al cual asistimos, en primera o última fila, como espectadores de algo que sentimos tan ajeno como cualquier invención cinematográfica. Algo que los medios publicitarios explotan al máximo, porque hace mucho su f unción dejó de ser -si es que alguna vez lo fue- la de informar verazmente o formar. Como casi todo en este planeta medios de comunicación y guerras son una muy rentable mercancía, que paga buenos dividendos, en la cual lo que menos importa son los seres humanos convertidos en desechos que toda guerra deja de cualquier lado que se la mire. Lo terrible es que las aceptamos como si fuesen males naturales. Sí, el silencio es un arma letal. Y lo es también la visión que justifica alguno de los bandos, la que denuncia la masacre de unos, mientras a la vez, defiende el derecho a infringir una herida. La que desde el llamado pacifismo promueve las guerras y la que desde la más alta violencia dice defender el derecho a la paz. Estamos atrapados entre verdades masacradoras. Y aún no sabemos cómo hacer para dejar de ser espectadores para convertirnos en militantes de la vida. Gracias a Albert por siempre colocar sobre el tapete temas de esta importancia. Gracias a esta Pensión Ulises, a la que lleguè hace mucho, recinto en el cual toda polémica tiene espacio y contraespacio, para dirimir un camino hacia la vida compartida.
Hace 7 horas · Ya no me gusta · 2

Mery Sananes: Tal vez este texto de León Feilpe nos ayude a comprender mejor lo que queremos decir: http://embusteria.blogspot.com/2011/01/de-las-palabras-leon-felipe_27.html

embusteria: DE LAS PALABRAS - LEÓN FELIPE
embusteria.blogspot.com
Un cronopio encuentra una flor solitaria en medio de los campos. Primero la va a arrancar, pero piensa que es una crueldad inútil y se pone de rodillas a su lado y juega alegremente con la flor, a saber: le acaricia los pétalos, la sopla para que baile, zumba como una abeja, huele su perfume y final...
Hace 6 horas ·