VISIONARIOS ESPAÑOLES Y MÍSTICOS DE LA UNIDAD

Miguel de Unamuno, en su libro "La civilización es civismo" publicado en 1907, ya advertía sobre las colonias españolas en América y el problema de Catalunya : "Lo malo es que ni escarmentamos ni aprendemos, y así como empujamos a filipinos y a cubanos al separatismo, estamos empujando a él a los catalanes", y añade que, en España, los problemas políticos se plantean siempre con un "violento dogmatismo teológico", religioso (citado por Oriol Pi de Cabanyes en su artículo "Tres citas de Unamuno" (La Vanguardia, 3.10.2012). 
Y en una carta a Manuel Azaña de 1918, ya profetizaba Unamuno: "Justo es, pues, que España pierda ahora a Catalunya. Y la perderá, no me cabe la menor duda que la perderá". 
Se diría que el tiempo no pasa en España y que resta anquilosada en posiciones unitaristas del pasado. Incluso pensadores y comentaristas políticos de la modernidad, actuales, como Antonio Elorza, ven símbolos nazis en el catalanismo que se manifiesta en el Barça, como escribe en su artículo "Cataluña, democracia aclamativa": 
"El partido del domingo (de fútbol, hoy, entre el Barça y el Real Madrid), será la ocasión para escenificar esa exigencia de unanimidad hacia Cataluña y Europa. Con otro contenido ideológico, en la "senyera" colectiva del Camp Nou, como otrora en Nüremberg, no caben opositores ni disidentes" (El País, 6.10.12)
Curioso, sorprendente. Al final resultará, como dicen algunos antisemitas, que el verdadero pueblo nazi es el judío, Israel,  y que lo alemanes se limitaron a limpiar un poco las calles de delincuentes y prestamistas extranjeros, que casualmente eran judíos. 
Paradojas de la historia política: esos visionarios o comentaristas políticos de la unidad y el miedo, nos advierten que los pueblos sojuzgados, las naciones sometidas, son los verdaderos verdugos, con voluntad nazi, y que las naciones imperialistas, las que detentan el poder para destruir y exterminar, son las víctimas, con voluntad de concordia. El mundo al revés, y todo para mantener el espejismo de la falsa unidad española, la vieja y anquilosada, la bárbara España, como dice Miguel de Unamuno: "Tienen los bárbaros hecha su composición de lugar, y si se les habla no oyen (...). ¿Llegarán a ver, oír y entender?".