sábado, 21 de julio de 2012

CARTEL DE AVISO




Después de mucho andar y extraviarse, un día tropezó y cayó en la cuenta (en la cuneta del camino):
las palabras no se estropean, sino que se estropean las personas que las dicen.
Y un buen taller de reparaciones, aunque las palabras en sí no se estropeen, son las salas de urgencias de los poemas, donde será curada el habla de los habladores, y las palabras saldrán de allí, de urgencias, como si fueran nuevas, recién estrenadas.
Que no todas las palabras salgan curadas, no dice nada contra las palabras, sino contra los poetas de guardia que han organizado mal la sala de urgencias del poema.

El suplente del cronista

1 comentario:

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A Pura Salceda, Eduard Sanahuja y 7 personas más les gusta esto..

Lui Nadal: Yo no sé si hay salas de urgencias para palabras o para parlantes pero si se que en las salas de urgencias y en algunas plantas de los hospitales, las palabras recuperan su vida, y que incluso las mentiras piadosas, vuelven a ser piadosas.