martes, 30 de agosto de 2011

EN BUSCA DE UNA ESCRITORA OCULTA: MÒNICA MARAGALL



















Mónica Maragall (Barcelona, 1947-2010), escritora oculta de prosas poéticas, cuentos y poemas, publicó su primer libro en 1992, "El jardín ausente", con un prólogo iluminador de Xavier Rubert de Ventós, y en el cual se cita a Kafka y a Kierkegaard como referentes, entre otros autores.
En el mismo año, 1992, aparece su segundo libro, el poemario "Terrats lliures al vent", prologado por Ignasi Riera en una breve y profunda síntesis. En 1993 publica "La bailarina coja", otro volumen de intensa prosa poética, con un prólogo o poética de la propia autora. Años después, en1998, aparece "Los hititas (con un prólogo magnífico de Lluís Izquierdo), una serie de cuentos cuyos personajes son unos  hititas imaginarios, que llevan una vida cotidiana de lo más surreal. Éste será el último libro que la autora publicará en vida.
Pues bien, resulta imposible encontrar su obra literaria en las librerías (por el contrario, sí que podemos encontrar alguno de los títulos en Internet, en las librerías de venta on-line). Nadie sabe nada sobre esos títulos, nadie tiene información sobre la autora, nadie conoce su obra. Una obra, pues, desaparecida, imposible de encontrar en las librerías, com si los libros fueran invisibles o estuvieran arrinconados en algún almacén desconocido, o guillotinados. (Como excepción, recuerdo una reseña de Llorenç Gomis en la revista "El Ciervo" sobre "Los hititas", y otra en el suplemento literario del diario "ABC").
Más que ocultos, descatalogados, secuestrados por el mercado voraz, olvidados, rotos, guillotinados.
O tal vez -si algún ejemplar ha sobrevivido a la guillotina editorial- esté en un rincón de almacén, como decíamos, esperando a que alguien lo recupere del olvido, del anonimato.
Quizá éste sea el destino de la poesía, del poeta en el mercado actual de los libros, me dice un librero amigo que no conoce el nombre de esta escritora, de esta poeta: habitar un rincón, habitarlo largo tiempo, mucho tiempo, o desaparecer definitivamente con las palabras invisibles, ausentes.
Ausentarse el autor y su obra, ausentes los dos, nombre arrinconado entre los otros nombres, páginas rotas, palabras arrinconadas, sin que nadie las busque, sin que nadie las vea y las encuentre...
Pero no me desanimo y me pongo en contacto con el "detective de los escritores olvidados" y me informa que el próximo Noviembre, seguramente, dispondremos de más datos y podremos tener alguna noticia sobre esta escritora escondida, ausente. Es decir, dónde esta su obra literaria, cuál es la poesía oculta de Mònica Maragall. 
Así pues, la investigación poética prosigue visitando lugares y preguntando a vecinos, bibliotecarios y libreros, en busca de la escritora oculta, interrogando a las palabras que la conocieron mejor.

El suplente del cronista

5 comentarios:

intrigada dijo...

Muy bien. Esperemos que en noviembre se resuelva el enigma poético.

isleño dijo...

Hablaré también con mi librero (vivo en Mallorca), o me pondré a buscar los libros en Internet, a ver si hay suerte.

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Comentarios en Facebook:

A Montserrat Olivés Miret, Maria Solé, Marga Ribera Rodriguez, Pura Salceda y otras 8 personas más les gusta esto...

Felipe Sérvulo: Albert, supongo que habrás visto cómo tienen puesta la poesía en la Casa del Libro del Pº de Gracia: amontonada, sin orden ni concierto y con con la sensación de que está molestando. Es sólo un ejemplo.
Me han dicho amigos editores que hay muchísimos sitios en que no quieren ocupar estanterías con libros de poesía y, de entrada, se niegan a recibirla. Tal vez habría que reflexionar y saber dónde está el lugar de la poesía (y no me refiero sólo a las librerías).

Cèlia Sànchez-Mústich: La vaig conèixer, m'ha fet il·lusió que en parlessis. A casa hi tinc el Libro de los Hititas...

Poetapazzo Poetalokus: Seguro que los uniformados lo han ocultado todo, sí...

a.t.: Habrá que buscar refugio en las cumbres borrascosas de alguna motaña mágica. O bien, ponerse serios, enfrentarse a las fuerzas vivas, pero decadentes e ineficaces ya, del mundo editorial del siglo XXI, y crear una cooperativa o agencia "profesional" de poetas, que se cuide fundamentalmente de la difusión, distribución y control de ventas reales de ejemplares. La edición es más fácil con editoras artesanales y resistentes como, por ejemplo, "Emboscall". El problema real es la falta de difusión y la mala distribución. Se distribuyen los poemarios, sí, pero con indolencia, con indiferencia, casi con desprecio, como haciendo un favor al pobre poeta: libros muertos en algún escaparate (con las Editoriales y poetas de siempre), o más muertos en un rincón (los poetas que no le suenan ni al distribuidor ni al librero).

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Albert Lazaro Tinaut: Difícilmente tendrá solución el problema. Sólo algunas librerías serias de Barcelona (es decir, donde hay libreros de verdad) muestran la poesía bastante dignamente (me refiero a La Central y Laie, probablemente habrá otras excepciones). Pero siempre aparece la misma cantilena: los libros de poesía se venden mal y poco. Me pregunto si esto es nuevo o si no habrá sido siempre así. Durante cuatro décadas se encontraba solamente a los poetas afines al "régimen" y, excepcionalmente, a llos clásicos del 27. Ahora estos últimos siguen estando ahí, y los publicados por las grandes editoriales (que, como decís, son casi siempre los mismos). Un referente para la poesía en Barcelona ha sido y es, creo que por poco tiempo, porque ya "liquida", la librería Taifa, en la calle Verdi. Tal vez haya que asumir la realidad: la poesía se escribe para llorar y los poetas han de regalar sus libros a amigos y conocidos...

Maria Soriani: Las palabras de la escritora oculta, seguramente darán un indicio, lo comparto con tu permiso!

a.t.: Sí, librerías como Taifa, Laie, Documenta, La Central, han dejado espacio y escaparate a la poesía. Pero el problema fundamental, como decía, es de distribución y difusión, más allá de las mesas de exposición o escaparates, donde el libro queda muerto. Promocionar más lecturas públicas (que no sean aburridas ni agotadoras, que no lean 20 poetas por acto, exagerando un poco). Habría que contactar a través de redes sociales, blogs de autores, webs de Editoriales, venta on line, difusión en Facebook, etc. ¿La poesía es minoritaria? No necesariamente. Hay novelas más aburridas que ciertos poemas, pero las novelas tienen una visibilidad y una recepción en los suplementos literarios que no tiene la poesía, aunque las novelas sean malas, insoportables de leer y el volumen pese un kilo o dos. También está la famosa idiosincrasia o talante del poeta: aislamiento social, ir cada uno por su lado, capillitas, envidias,endiosamiento, elogio del amigo e insidias contra el otro, el poeta adversario, la mala costumbre y aceptación del tú me lees, yo te leo y nadie más nos lee. En suma, dormirse en los laureles y una pérdida de tiempo cultural, una falta de actividad práctica y difusora en la sociedad. En Barcelona, por ejemplo, sólo durante una semana la poesía tiene una buena presencia en la ciudad. Todo lo demás, el resto del año, es una lucha solitaria o de algún pequeño grupo de amigos, pero sin tener una fuerte incidencia en la sociedad, sin ser realmente "visible". Hay que acabar con la "invisibilidad", con la mala distribución y la nula difusión.

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Maria Soriani: Algo similar sucede en Buenos Aires, no así en el interior, como Rosario por ejemplo donde también hay una movida cultural muy fuerte y recursos que apoyan lo literaro. Es cierto que la poesía es minoritaria, hay como una aminoración de su valía, pero según en los ambientes donde cada uno se mueve. En mi caso, tomo clases con un escritor y profesor de literatura que ha vivido en distintos países, desde Colombia, México, España etc, y viene dando talleres grupales y personales donde asistimos argentinos, austriacos, españoles, alemanes y dos francesas...Buenos Aires es una ciudad sui generis europea y neoyorkina, hay buenos sitios, visibilización de la poesía y excelencia en todos los rubros, obviamente acompañado todo esto por los medios de comunicación, diarios, revistas, programas por cable. Incluso en los Colegios de Abogados de aquí dan mucha importancia a esto, está el dicho que dice El abogado debe saber escribir, y si sabe Derecho, mejor!

Albert Lazaro Tinaut: Tiene razón Albert Tugues, pues es cierto que, por lo general, los poetas contribuyen poco a la difusión de la poesía que no sea suya o de sus amigos. También es verdad que algunas editoriales de poesía distribuyen mal sus libros porque no pueden soportar los "precios" de distribuidoras más sólidas e importantes, y recurren a distribuidores pequeños y poco aficaces (incluso problemáticos). Más de una vez un librero me ha dicho que no me va a pedir un determinado libro de poesía porque tiene que insistir mil veces al distribuidor para que se lo sirva, es decir, ha de perder un tiempo precioso para complacerme, de modo que en muchas ocasiones opto por comprar el libro directamente al editor, después de que éste haya insistido en que no puede vendérmelo porque tiene un compromiso con su distribuidor (quiero decir que a, a veces, comprar un libro de poesía puede ser... difícil).
Son muchos los problemas que dificultan el "tráfico" de la poesía, y tiene razón Albert cuando dice que el mal, la mayoría de las veces, radica en la falta de voluntad de los propios poetas. Si algunos han organizado lecturas públicas periódicas, han tenido que acabar renunciando porque, a veces, el público era tan escaso que no merecía el esfuerzo (y lo sé porque he sido testigo de ello: ¿dónde estaban los otros poetas?).
Sólo una voluntad conjunta para hacer que la poesía esté presente en la calle, en las librerías, en las bibliotecas y centros culturales mediante lecturas amenas y limitadas a pocos poetas, puede dar algún resultado. Lo peor es que llega un momento en que quienes organizan esas actividades se cansan, ya que acaban quedándose solos con todo el trabajo.
Ahora mismo la poesía está más viva en Madrid que en Barcelona gracias a un grupo de personas con voluntad de hierro, que han conseguido animar a un buen número de poetas y organizan lecturas constantes en diversos espacios de la ciudad. Hace falta que ocurra lo mismo en Barcelona y en otras muchas ciudades. Faltan voluntades de hierro.

Albert Lazaro Tinaut: Os aconsejo, a quienes no lo conozcáis, que echéis una mirada al muro de Fernando Sabido Sánchez y veáis también su inmensa labor de recopilación poética, su antología de POETAS PARA EL SIGLO XXI (http://poetassigloveintiuno.blogspot.com/).