sábado, 4 de diciembre de 2010

VOLAR O NO VOLAR, ÉSTA ES LA CUESTIÓN

Alfredo Gavín, Astronauta





Extraño país éste, dice la peluquera del barrio después de hablar con su hija, que está durmiendo en el aeropuerto. Extraño país, repite la nieta del anarquista del barrio, donde importa más una semana de vacaciones que un año de crisis o dos o tres. Estado de alarma, militares, guardia civil, fiscales, prisiones, todos preparados para perseguir y procesar a los controladores aéreos (que se defienden mal, argumentando que están enfermos). ¿Y no tienen ninguna enfermedad grave o responsabilidad los políticos y, por excelencia, el ministro de Fomento, encargado desde el mes de febrero de las negociaciones con el sindicato de los controladores? ¿Dónde están el presidente del gobierno y el de la oposición? ¿Viajan en tren, en barco o en bicicleta y no lo sabemos? ¿Es razonable fusilar a un controlador por sedición a la patria, y ponerlo como ejemplo futuro?, se preguntan algunos en el bar.
Dicen que en Haití, en Afganistán y en el Sahara ( y en el Mar del Plata, donde el rey firmó el fax del decreto-ley de la militarización), admiran la decisión político-militar española de enfrentarse valientemente a los controladores aéreos, por tierra, mar y aire.
La familia de Ronald Reagan, dicen otros, felicita a la diplomacia española por seguir el ejemplo norteamericano de otros tiempos.
La Asociación de los 426 euros no sabe ni contesta (por si acaso).
¿Y los sindicatos?











El becario del controlador (perdón), el becario del suplente del cronista.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Los controladores están descontrolados, el buen controlador que controle la descrontrolación de los controladores, buen desencontrolador será.
Trabalenguas que ahora me contaría mi papá, en vez del "cielo está encarabiculado..."
Cabreada que no sabe cuando se desencabreará.

albert tugues dijo...

España siempre necesita un Sambenito, ahora les toca a los controladores aéreos, que, por otra parte, han hecho méritos para ganárselo.

Pragmático

Anónimo dijo...

sambenito.
1. m. Capotillo o escapulario que se ponía a los penitentes reconciliados por el Tribunal eclesiástico de la Inquisición.
2. m. Letrero que se ponía en las iglesias con el nombre y castigo de los penitenciados, y las señales de su castigo.
3. m. Descrédito que queda de una acción.
4. m. difamación.

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