domingo, 8 de noviembre de 2009

DE PIRATAS, CORSARIOS, MINISTROS DESPISTADOS Y PESCADORES SECUESTRADOS, II














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Según el último comunicado del gobierno español, los pescadores secuestrados, después de más de treinta días de secuestro, siguen vivos y en perfecto estado de salud, y con, no diremos abundante, pero sí la comida necesaria
(Menú casero: primer plato, segundo plato y postre, con pan y agua o vino, incluido el IVA, sin entrar al detalle ni especificar -que ahora no toca- las materias primas del menú)

Los muchachos senegaleses que trapichean por el barrio (y algunos se emborrachan con la ginebra que compran en el supermercado) cuentan y no paran sobre las aventuras de los piratas somalíes, los "Piratas del Índico". Los muchachos senegaleses que trapichean en el barrio admiran a los somalíes que trapichean en el mar: Nunca, dicen, se había logrado mantener en jaque, durante más de un mes, a un país de Occidente, a todo un gobierno y a todo un juez de un Estado, de una Potencia -(al decir "Potencia", beben otro trago de ginebra, dicen que ellos también son menores de edad, como los piratas somalíes, y se ríen).
Los que son del barrio de toda la vida, hacen una mueca, justifican la broma por la ginebra consumida, o bien hacen oídos sordos a los piratas que trapichean en el barrio, emulando a los que trapichean en el mar.

Hay un vecino, el más erudito, que nos advierte que no es lo mismo "pirata" que "corsario". En la antiguedad, los piratas iban por libre surcando los mares, mientras que los corsarios estaban al servicio de la corona, a la que rendían respeto y tributaban una buena parte de lo robado y secuestrado. Es decir, los corsarios eran lo que se dice unos ladrones que pagaban una comisión a la corona por permitirles seguir robando; a diferencia de los piratas, que no rendían cuentas a nadie.
Y añade que cualquier parecido con la realidad actual, con los tiempos modernos, es pura coincidencia, como en las películas o novelas de espías.

2
Algunos, en declaraciones a tv3 con motivo del aniversario de la "Caída del Muro de Berlín", nos informan que, si bien no sienten exactamente nostalgia del régimen comunista anterior, sí que se sienten decepcionados y encuentran a faltar aquel nivel de confianza y estímulo que había entre la gente de la RDA. Los que eran espiados, encarcelados y torturados, opinan lo contrario y tienen otro concepto y praxis de la "confianza", que no es "confidencia policial" contra el amigo o la amiga, que diría Herta Müller, la escritora rumano-alemana.

El suplente del cronista

1 comentario:

albert tugues dijo...

Siempre habrá nostálgicos del Muro. Tienen miedo a la libertad, sobre todo a la libertad de los otros, y se creen con derecho a decidir qué utopía sangrienta conviene más al pueblo: la nazi, la comunista, la fascista, etc. (con los anarquistas siempre asesinados a tiempo para que no entorpezcan el futuro de la dictadura).

Partidario de los muros derribados