lunes, 3 de agosto de 2009

PROGRAMAS DE VERANO 2009, EL FUTURO DE LA ALIMENTACIÓN



















La Vanguardia.es, 3.8.09
Antonio Cerrillo

"El debate cobra más intensidad en un momento en que ocho países europeos han invocado la cláusula de salvaguarda y han prohibido el cultivo del maíz MON 810 (Alemania, Francia, Austria, Grecia, Hungría, Luxemburgo, Italia y Polonia) alegando un principio de precaución y la necesidad de efectuar nuevos estudios para garantizar que el maíz modificado no tiene impacto a largo plazo ni afecta al medio ambiente.
Sin embargo, en España, pese a las protestas, cada vez se siembra más maíz modificado (unas 80.000 hectáreas, de un total de 400.000), sobre todo en el valle del Ebro, para ser destinado casi íntegramente a piensos animales. El resultado es que España lidera la producción de la única planta modificada que se siembra de forma comercial en la UE: el maíz Bt MON 810, que segrega una toxina que actúa como un insecticida contra la plaga del taladro, un gusano que daña el maíz.
"El maíz modificado tiene indudable ventajas. Antes, las pérdidas de las cosechas por el taladro eran de entre un 10% y un 20%. Además, lo necesitamos porque la UE ha prohibido cientos de insecticidas. Además, si España importa colza, soja o algodón transgénico, ¿por qué no nos van a dejar usar aquí estas tecnologías?", se interroga Carlos Ferrer, secretario general de la Asociación General de Productores de Maíz".


Nota. ¿Si no hubiera alimentos transgénicos habría "alimento sobrante" para los habitantes del tercer mundo? ¿Transgénicos para ellos -lo que no mata, engorda-, y alimentos puros, ideales, para nosotros? ¿Pero hubo alguna vez alimentos puros que no fueran devorados por los insectos, arrasados por la madre naturaleza o destruidos por el interés económico internacional? ¿La nueva cocina, tan natural ella, pretende diseñarnos un festín de los dioses para nuestra ya próxima inmortalidad en el espacio de Marte, donde dicen que no se cultivan transgénicos?

Como dice uno del barrio: "Cuidado con las patatas o melocotones puros, que algunos contienen sorpresa: escarabajos y gusanos que no sabemos de dónde proceden".

¿Es posible la pureza -alimentaria o de otro tipo- en un mundo contaminado por las industrias del armamento y el confort, por el consumo bélico imparable y el masivo consumo pacífico insaciable (más o menos), ambos siempre voraces y contaminantes del medio ambiente y lo que nos resta de espíritu?

-Otra de calamares, por favor, y con abundante cerveza artesanal de la Casa de la Luna. Me gustan las cosas puras.


El suplente

1 comentario:

albert tugues dijo...

Decía mi abuela: "Lo que no mata, engorda".
Eran tiempos de silencio y miseria. Ahora somos unos mimados por la civilización, lo queremos todo y puro, enseguida y a nuestro alcance, y vivir eternamente satisfechos como los viejos dioses. Y que se mueran los feos, los del otro lado.

Una nieta mimada