miércoles, 3 de diciembre de 2008

EJEMPLOS Y BURLAS DE AMOR

Bruno Schulz, El libro idólatra










Hopper, Soir blue



Tot es niens. (Todo es nada).

Guilhem de Peitieu (el conde-duque trovador)


Esta segunda parte se divide en dos; pues en una hablo de los ojos, que son principio del amor, y en la segunda digo de la boca, que es la meta del amor. Y a fin de que se disipe en esto cualquier vicioso pensamiento, recuerde quien nos lee, que más arriba está escrito cómo el saludo de esta mujer, el cual era operación de su boca, fue la meta de mis deseos mientras lo pude recibir.

Dante, Vita Nuova, comentario a la canción del cap. XIX


Ya, señor Durandarte, carísimo primo mío, ya hice lo que me mandasteis en el aciago día de nuestra pérdida: yo os saqué el corazón lo mejor que pude, sin que os dejase una mínima parte en el pecho; yo le limpié con un pañizuelo de puntas; yo partí con él de carrera para Francia, habiéndoos primero puesto en el seno de la tierra, con tantas lágrimas, que fueron bastantes a lavarme las manos y limpiarme con ellas la sangre que tenían de haberos andado en las entrañas; y, por más señas, primo de mi alma, en el primer lugar que topé saliendo de Roncesvalles eché un poco de sal en vuestro corazón, porque no oliese mal, y fuese, si no fresco, a lo menos amojamado, a la presencia de la señora Belerma.”

Cervantes, Don Quijote en la Cueva de Montesinos


Todas las cartas de amor son
ridículas.
No serían cartas de amor si no fuesen
ridículas.

Fernando Pessoa (Álvaro de Campos)


Cuando ve a un hombre y a una mujer paseando por alguna avenida de plátanos, siente que su cuerpo se hiende en dos de abajo arriba, y cada una de las nuevas porciones va a abrazar a uno de los paseantes; pero es sólo una alucinación, y pronto la razón recobra su dominio. Éste es el motivo por el cual no se hace presente ni entre los hombres ni entre las mujeres, pues su pudor exagerado, que ha nacido con la idea de que es tan sólo un monstruo, le impide otorgar su simpatía abrasadora a quienquiera que sea.

Lautréamont, Los Cantos de Maldoror, II


Existe un mutilado, no de un combate sino de un abrazo, no de la guerra sino de la paz. Perdió el rostro en el amor y no en el odio. Lo perdió en el curso normal de la vida y no en un accidente. Lo perdió en el orden de la naturaleza y no en el desorden de los hombres.

César Vallejo, Poemas en prosa


Què hi puc fer jo, Francesca, què haig de dir, si amb els ulls aclucats ja sé el que escrius:
-No m’omplis més de flors: ja no t’estimo.

(Qué puedo hacer yo, Francisca, qué he de decirte, si con los ojos cerrados ya sé lo que escribes:
-No me traigas más flores: ya no te quiero.)

J.V. Foix, Darrer comunicat


“’L’amor em fa fàstic!”
(“El amor me asquea”.)

Primera frase de la novela Aloma, de Mercè Rodoreda


-Desde los tiempo de James Joyce sabemos –dijo- que la mayor aventura de nuestra vida es la falta de aventuras. Ulises, que luchó en Troya y volvió por los mares capitaneando su propia nave, y que tenia en cada isla una amante, no, no es ésa nuestra vida. La Odisea, de Homero, se trasladó a nuestro interior. Se interiorizó. Las islas, el mar, las sirenas que nos seducen, Itaca que nos llama de regreso, ésas son hoy las voces de nuestro interior.

Milan Kundera, El libro de la risa y el olvido



Un anticuario de la calle Baños Nuevos

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